Preguntas Ciudadanas

Estimado Pablo Iglesias, no estoy dispuesto a entrar en el debate de que
es mejor o peor, las dos escuelas son necesarias en una sociedad
democrática y avanzada, salvo que se quiera el control político
absoluto de la educación y de las escuelas como en los modelos
comunistas.

Soy padre de un niño con discapacidad intelectual, no soy rico ni pijo,
soy un empleado público con un sueldo humilde. La respuesta que la
escuela pública tiene para mi hijo es una enseñanza de mínimos en un
centro de educación especial que comparte con niños con parálisis
cerebral, autismo, Down, y otra gran amplia gama de enfermedades
incalculables.

Es obvio que el modelo educativo tiene que ser centrado en los alumnos y
sus circunstancias, pero en un centro así es imposible tener un modelo
ni una especialidad pedagógica concreta que valga para que sea
significativa para la persona.

Existen colegios concertados, en los que gracias a Dios, están
especializados en las diversas enfermedades y circunstancias de los
niños. Estos colegios cuestan dinero a los padres, mucho dinero, y
obligan a privaciones personales y familiares en muchísimos casos. Pero
garantizan el derecho constitucional y humano que incumple la
administración pública de garantizar la formación, igualdad e
integración de los niños especiales en la sociedad.

Es posible que usted desconozca esta realidad, pero los prejuicios
contra la escuela concertada, también es la losa contra los más
débiles de la sociedad. Si va a quitar la escuela pública, cree
colegios especializados por discapacidades, no como este modelo actual
de centros públicos de educación especial que no sirven para nadie.

Tampoco es justo "desvestir un santo para vestir a otro". Si hace falta
más presupuesto sáquelo de otro sitio, pero no de la escuela
concertada, que también es pública y tiene su función social.

Estaba decidido a votarle, créame que es cierto, pero no voy a dar mi
voto a quien pone trabas a la educación de mi hijo y de la de otros
muchos más. Así no. Si no escucho en los medios de comunicación una
rectificación suya a este efecto habrá perdido mi voto y el de mi
familia.

Un Saludo

Carmelo Troya

Buenos días, tengo 33 años y soy profesora de un centro concertado de
formación profesional. Pese a ello, mi ideología está más cercana a
la izquierda que a la derecha. Coincido en muchas propuestas vuestras,
sin embargo me invade una sensación de inseguridad absoluta cuando
pienso en mi futuro profesional, ya que me pregunto....¿Qué haríais
con todos los profesores de la concertada, que trabajamos más horas y
cobramos menos que los funcionarios?

Muchas gracias y un saludo.

Para los de Madrid.

Buenos días:

Desde FEUSO - Madrid os escribimos porque NOS HA LLAMADO LA ATENCIóN
QUE HAYáIS PRESENTADO UNA ENMIENDA A LOS PRESUPUESTOS DE LA COMUNIDAD
DE MADRID PARA 2016, junto con PSOE y CUIDADANOS, recortando 2,9
millones de euros a la Enseñanza Concertada de Madrid. NOS GUSTARíA
PODER HABLAR CON VOSOTROS SOBRE ESTE TEMA.

FEUSO-MADRID ES LA SEGUNDA ORGANIZACIóN SINDICAL EN MADRID EN
REPRESENTACIóN EN LA ENSEñANZA CONCERTADA. Nos preocupa la libertad de
elección de los padres para escolarizar a sus hijos y la situación en
que quedan tantos trabajadores de la Enseñanza Concertada, a los que
defendemos.

¿CUANDO PODRíAMOS HABLAR?

Un saludo.

Buenas noches:

Hace tiempo vengo siguiendo su formación política como un soplo de
aire fresco, pero me inquieta mi situación profesioanl en realación a
su proyecto político.

Soy licencidado en Hisotria y hace 25 años que trabajo en un centro de
enseñanza no religioso, con una única línea de Educación Infantil,
Primaria y Secundaria, organizado en forma de PROPIEDAD COOPERATIVA en
Galicia. Esto es, somos un pequeña empresa en que los socios que la
impulsamos somos los trabajadores. Estamos en concierto con la Xunta. La
Xunta nos paga los salarios (un 80 por ciento de los salarios que se
pagan en la pública) y nos aporta un dinero para mantener el centro.
Nosotros en su día construimos el colegio con nuestras aportaciones, y
nunca hemos repartido ganancia alguna, sólo percibimos el salario.

Mi pregunta es: como quedamos nosotros, eseñanza concertada en régimen
de cooperativa en su progrma electoral? Seguirán contemplando el apoyo
a este tipo de empresa?

Aguardando una respuesta y agraedecido de antemano por su tiempo, reciba
un cordial saludo.

Atentamente.
Celestino Hermida García
(Pontevedra)

Me llamo Juan Manuel, soy profesor de religión, delegado de UGT del
colectivo de profesorado de religión, sindicato en el que llevo
militando 20 años.
Es conocida su postura acerca de la presencia de la religión en
curricculum escolar; vaya por delante que no entiendo como
organizaciones sindicales y partidos de izquierda defienden con tanto
ardor la destrucción de puestos de trabajo, por motivos puramente
ideológicos. No creo que la asignatura de religión sea un problema
para la enseñanza, más aún siendo optativa. Me parece demagógico que
por parte de determinados sectores se diga que no hay derecho a que se
nos pague con dinero público, cuando esa gran mayoría llámeseles
partidos políticos, sindicatos, asociaciones varias reciben dinero
público de los impuestos tanto de creyentes como de no creyentes. En
fin, entiendo que es lo que hay. Pero mi mayor preocupación en este
momento son los puestos de trabajo, por eso me gustaría saber si usted
llegase a gobernar este país y sacase la asignatura de religión del
curricculum, ¿que pasaría con el profesorado que imparte la docencia
de esta matería? ¿Se irí an directamente al paro?

Atentamente, un cordial saludo.

Si alguien tiene tiempo .....

Toca responder.
En el mismo orden que se han planteado las preguntas.
A Carmelo Troya.
La opción de Podemos en su programa y en los documentos que vamos elaborando es garantizar, promover y financiar la educación inclusiva.
Estamos de acuerdo en que los centros de educación especial generan un doloroso sentimiento de marginación, aunque los profesionales, docentes terapeutas, que los atienden den su vida por atender a sus beneficiarios. Es absurdo, como usted dice, reunir en un mismo centro a niñas y niños que solo tienen en común la imposibilidad de acceder a un centro público "normalizado".
El problema es que los prejuicios y estereotipos no nos dejan ver, nos ciegan: los conceptos de "normalización" e "integración" son insuficientes, por los efectos que provocan.
Pero, ¿sería una solución encerrar al alumnado por "especialidades"? ¿No se reproduciría la misma sensación de quedar al margen o de institucionalizar la marginación?
Creo que lo realmente importante es que los/as terapeutas estén cada vez mejor formados y más especializados, pero no los centros.
Lo más difícil o lo más sencillo, según se mire, es que dediquemos todos nuestros esfuerzos a crear centros capaces de adaptarse a la diversidad. Los terapeutas pueden entrar en las aulas en vez de sacar a un grupo de niñas y niños de ellas. Hay que procurar que la educación se personalice, en vez de que provoque gregarización y marginación en grupos cerrados.
¿Cómo hacerlo? Los mejores profesionales tienen respuestas prácticas, que no se pueden reducir a un eslogan.
Estoy seguro que hay centros concertados donde trabajan profesionales excelentes.
La solución no es cerrarlos de aquí a mañana, desde luego, sino crear las condiciones para que a usted y a muchos otros, madres y padres, no les asuste la posibilidad de que sus hijas e hijos compartan el mismo centro (público) con otros niños, con cualquier niña o niño. Ese es el paso previo: requiere inversión, tiempo y esfuerzo.
Seguimos conversando.

Hay varias personas que preguntan por el futuro de la enseñanza concertada si se aplica el programa de Podemos.
Digamos, en primer lugar, que el futuro no depende de un ideólogo más o menos inspirado, sino de lo que decida la gente.
El proceso de construir un sistema de educación pública y universal de calidad, que garantice la igualdad de oportunidades, tiene que implicar a los profesionales que ahora trabajan en los centros concertados.
Yo he sido profesor en centros concertados durante bastantes años.
Tengo presentes las condiciones de trabajo y los agravios comparativos entre profesionales: menor salario, más horas de trabajo y, al menos en la mayoría de los centros, la exigencia de acatar las órdenes de la dirección y, a su vez, la obediencia que la dirección debe a la empresa, la corporación, la congregación, etc. No hablo de que las personas concretas sean más o menos simpáticas y consentidoras.
También sé que muchos trabajadores y trabajadoras de la enseñanza concertada se sienten bien o muy bien en sus puestos de trabajo. No se trata de que entre en sus vidas un grupo de fanáticos a destruir lo que han construido, ni a romper los muebles o las imágenes. Son otros tiempos.
Quizá el mejor ejemplo de profesionalidad autogestionada lo den precisamente las cooperativas de enseñanza.
Así pues, el cambio no se va a producir sustituyendo un modelo por el otro, sino transformando la educación pública para que deje de parecer un monstruo burocrático (lo que en parte es cierto) y se convierta en una multitud de comunidades de aprendizaje. Cada centro educativo gestiona la realidad y el currículum en un contexto distinto, luego las soluciones metodológicas no pueden ser uniformes. Pero es posible legislar para que la diversidad no tenga por resultado una desigualdad de oportunidades, sino que produzca aprendizajes perdurables y contextualizados. Y, sobre todo, es posible garantizar que las comunidades educativas gestionen los centros. Soy padre además de profesor. Sueño con que sea posible y confío en que lo haremos posible juntas y juntos.
Así pues, las cooperativas son semilla del cambio. Pero creemos que la educación debe ser pública, gratuita, universal y que los centros concertados deberían incluirse en el sistema público a medio plazo.
¿Qué pasa con los docentes de la concertada en ese proceso?
Obviamente, habrá que garantizar sus derechos laborales, al igual que el de las profesoras y los profesores interinos, que han aprobado una o varias veces una oposición y ni siquiera tienen derecho a una plaza. Problema: la experiencia que acumuláis no ha ido acompañada de un proceso de formación en condiciones dignas, sino en condiciones azarosas y, a veces, indeseables. En consecuencia, habrá que garantizar durante un periodo que todos esos profesionales tengan la oportunidad de seguir aprendiendo y demostrar lo que saben hacer en condiciones de igualdad.
Los mecanismos concretos tendrán que establecerse en el marco de ese pacto social que hace unos pocos años parecía imposible. Ustedes tienen la palabra.

Y termino (hay otras personas que pueden intervenir, porque hemos compartido diálogos y consenso sobre estos mismos temas a lo largo del último año).
Coincide que también he sido profesor de religión, como Juan Manuel. Quizá eso me permita contestarle con un poco más de empatía.
Hablo personalmente, pero a mí me fue imposible seguir siendo docente de religión porque tenía que someter la conciencia a una moral heterónoma, es decir, a los valores que dictaba una cierta jerarquía y un estado de cosas en las alturas. En nuestro país ha costado varias décadas desarrollar algunos derechos constitucionales y la carta de los derechos humanos. La libertad de conciencia y la libertad religiosa es uno de esos derechos.
Más allá de lo personal, hay una mayoría social que antepone los derechos humanos a cualquier otra consideración. Afortunadamente. Hablo de los derechos de las mujeres y la igualdad de género, el derecho a la no discriminación por motivos de orientación sexual, etnia o religión.
Las religiones tienen derecho a formar a sus miembros, pero la educación pública no puede financiar ni sostener el adoctrinamiento de cada una de ellas. Tampoco se puede obligar a que las religiones se adapten a una ética civil basada en los derechos humanos. Esa contradicción se resuelve separando los ámbitos de la educación pública, en el marco del Estado social y de derecho, y los de las formas de educación confesional y religiosa. Lo cual no implica que se interrumpa o se coarte el diálogo interreligioso o entre fe y ateísmo. Se produce en el espacio público, pero tiene sus propios métodos: que todas las personas puedan expresar sus sentimientos y sus argumentos. Esto, reconozcámoslo, no es posible en una clase de religión confesional.
La alternativa para los docentes de religión, ¿cuál debería ser? Creo que será el fruto de una negociación, en la que los profesionales puedan hablar con autonomía y libertad sobre sus condiciones de trabajo y opinar por sí mismos/as.
No hay una postura cerrada por parte de Podemos "contra" la enseñanza de las religiones, contra la Historia ni contra la libertad de conciencia, sino todo lo contrario. ¿Sería posible que una parte de los docentes, quienes lo deseen voluntariamente, se integrasen en los departamentos de Filosofía o de Ciencias Sociales, con su especialidad, para educar a niños/as y jóvenes en la convivencia interreligiosa, más allá de cualquier fanatismo, sobre el hecho o el fenómeno religioso, sobre las culturas religiosas?
Seguimos dialogando.
Sí se puede hablar. Ahora se puede.

Son cuestiones un tanto espinosas. Está claro que no se pueden contestar de un día para otro. Mi sugerencia: Javier Cabeza (del círculo de Aragón) es un crack en el tema de la concertada. ¿Puedo pasarle las preguntas?