La singularidad de la situación de los empleados públicos a la vez trabajadores por cuenta ajena, que en este caso supone el Estado, CCAA, Ayuntamiento o cualquier otra entidad pública, y por tanto supeditados a los ciudadanos a quienes sirven y de los que proceden sus salarios; y también como sujetos agentes garantes de la ley y de los derechos y deberes de la ciudadanía, se encuentran en una encrucijada clave para servir de instrumento para una regeneración de la vida política, económica y social, como ciudadanos, como servidores, y como conocedores del complejo sistema administrativo, y todas las miserias que lo lastran.

A medida que la democracia se ha ido degradando, los políticos han hecho recaer sus ineptitudes y corruptelas sobre los empleados públicos, creando climas de opinión contrarios, y haciendo creer a la ciudadanía que estos son ciudadanos privilegiados cuando en realidad es un cuerpo que sirve en muchos casos de muro contra el que se topan cuando quieren imponer decisiones claramente ilegales, cuando no corruptas:

a). Un funcionario, elegido bajo los criterios de mérito y capacidad, por los trámites legalmente establecidos, cuya elección ha sido libre y no sometida a ningún individuo o ente privado, que aunque su sueldo no esté entre los más altos, si es un puesto protegido de vaivenes, caprichos y decisiones arbitrarias e ilegales, puede y debe oponerse con la fuerza de la ley a aquellas normas claramente ilegales, ineficaces que le sean impuestas por sus superiores.

b). Su conocimiento de la administración y de los trabajos desempeñados hacen que sean los sujetos ideales para una regeneración y una visión nueva de lo que debería de ser una administración eficaz y de servicio a sus ciudadanos.

c). La mejor cualificación profesional del empleado público. La peculiar elección del funcionario o empleado público en las administraciones públicas debido a la preparación exhaustiva a la que tiene que someterse para hacerse con un puesto en la función pública, conlleva una unas cualidades tanto intelectuales como personales, que le hacen estar a la cabeza dentro del ámbito laboral en este país. No es extraordinario entonces que en el informe PISA aparezcan los funcionarios como el colectivo mejor preparado en este país, por delante incluso de los empresarios

 De esto se deduce:

     1. La desconfianza del político ante un sujeto bien preparado, y al que no puedo someter por el miedo a perder su puesto de trabajo.

     2. Este tipo de trabajador es una espina para el empresario: mal ejemplo para sus trabajadores en cuanto a derechos laborales y que les deja al descubierto en sus malas prácticas empresariales y su ineficacia en sus empresas.

Para ello, se deberían de buscar una serie de objetivos para la regeneración de la administración pública y de la sociedad en general.

I. La desaparición de los cargos políticos de la administración, que la envenenan y pervierten su objetivo de servicio a la sociedad.
1. Desaparición de los cargos de subdirectores generales.
2. Eliminación de los asesores de los cargos públicos, salvo los funcionarios que desde su puesto de trabajo asesoren en aquellas cuestiones que sean absolutamente necesarias.
3. Los Directores Generales deberían de ser funcionarios.

II. Eliminación de los gastos suntuarios y personales de los cargos públicos
1. No a las remodelaciones arquitectónicas e inmobiliarias de los despachos de los cargos públicos.
2. Reducción de los coches oficiales al mínimo imprescindible.
3. No utilización de los coches oficiales para asuntos propios
4. Fiscalización real de estos gastos por funcionarios.

III. A pesar de la cualificación de funcionarios en los que recae algún tipo de jefatura, muchas veces no poseen las cualidades humanas necesarias para dirigir un departamento, área, etc.,y para ello debería de existir dentro de la Administración un órgano que pudiera estudiar los posibles problemas creados y que producen malestar en el ámbito de los trabajadores e ineficacia de cara a los administrados. A mejor ambiente, mayor calidad en el trabajo.

IV. Facilitar dentro de la Administración el diálogo y la iniciativa de los trabajadores.

V. Cuidar el medio ambiente dentro de los puestos de trabajo.

VI. Favorecer de forma real la (convivencia no me sale ahora la palabreja)vida familiar:

VII. Igualdad entre hombres y mujeres, económicas y familiares. Proteger a la mujer para que no vea coartada su carrera profesional por la maternidad.

VIII. El funcionario debe de desarrollar sus mejores cualidades al servicio de lo público, servir de ejemplo a la sociedad, y crear los mecanismos necesarios, con una nueva ley de la función pública, para que estos objetivos se cumplan.

a) Modificar la actual ley, con agravantes de las penas ya establecias, para aquellos funcionarios o empleados públicos que valiéndose de sus privilegios y su puesto de trabajo, caigan en conductas corruptas e ilegales.

b) Asimismo proteger al empleado público cuando en el desempeño de su función se vea impulsado o empujado en prácticas poco éticas. Si cae bajo ellas, que el peso de la ley caiga sobre su comportamiento, en el que no valdrán excusas de ningún tipo.