Hacia un estado realmente laico:

Defendemos la libertad de culto, pero exigimos una separación Iglesia/Estado efectiva. Para ello, proponemos:

-Revocación de los acuerdos de 1979 entre la Santa Sede y el estado español, por considerarlos incompatibles con los artículos 14 y 16.3 de la Constitución Española.
El artículo 14 es el que indica que “todos los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. Por su parte, el artículo 16 recoge que “ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia católica y las demás confesiones”.
-Retirada de la financiación pública a la/s Iglesia/s. Cualquier ayuda o subvención deberá estar sujeta a criterios y condiciones de igualdad con el resto de entidades, organizaciones y asociaciones que concurren a convocatorias de ayudas públicas.
(Europa Laica calcula que la Iglesia recibirá del Estado en 2015 en torno a once mil millones de euros entre aportaciones directas y lo que deja de ingresar por impuestos y precios públicos. Sólo por la asignación tributaria directa del IRPF, la Conferencia Episcopal se embolsa este año aproximadamente 250 millones).
-Eliminación de privilegios: la iglesia católica deberá tributar a Hacienda por los sueldos del clero, y pagar los impuestos que le correspondan en concepto de transmisiones, sociedades, IBI, IVA e IRPF.
-Una educación libre de superstición: Especialmente en el ámbito de la educación, los colegios, centros de enseñanza secundaria y universidades han de promover la libertad de conciencia y el pensamiento racional, garantizando la calidad de la docencia y el alejamiento de programas y actos de carácter doctrinal. Es tarea de los educadores estimular la razón y la reflexión, y advertir a la sociedad de las distintas formas de superstición, opresión y manipulación moral e intelectual.
Se propone la sustitución de la materia de religión por la de “Historia de las religiones”, a fin de aportar un conocimiento histórico y cultural sobre las distintas religiones. En cualquier caso, los centros públicos ofertarán la asignatura de religión (entiéndase católica) solo como materia optativa, nunca como obligatoria, y con el mismo porcentaje de créditos y horas que el resto de materias de igual tipología. El currículo de la materia será elaborado por los profesionales de la educación, no por la Conferencia Episcopal ni sometido a su revisión.
Por otro lado, el acceso al empleo de profesores de religión deberá regirse por los mismos procedimientos que el resto del profesorado, es decir, mediante oposición pública. La administración deberá controlar la transparencia en la contratación de profesorado.
Paulatina eliminación de las ayudas de las administraciones públicas a centros concertados.
-Eliminación de símbolos religiosos en administraciones públicas y centros dependientes de estas.
-Las instituciones públicas no albergarán capillas ni ofrecerán la asistencia de sacerdotes o capellanes en centros dependientes de ellas tales como hospitales, cárceles, universidades, etc, ni promoverán actos ni festejos de carácter religioso.