Niñ@s y estudiantes también participaron en esta gran conversación... recogimos sus voces en este pequeño resúmen (aquí os dejo el documento completo):
¡Quieren volver al colegio! Pero no para aprender en la forma tradicional... sino ¡para estar con sus amigos! para volver a socializar, a hacer amigos, a aprender a compartir, a abrazarse y darse besos... Tenemos que priorizar: resiliencia, compromiso, interés por el aprendizaje.
Quieren participar y ser escuchados: los niños y las niñas tienen ideas sobre cómo quieren que la escuela funcione, quieren tener voz en la escuela, que existan realmente espacios de participación y que se escuchen las propuestas que tienen para ofrecer. Practicar sus derechos constitucionales desde la escuela.
Quieren que sus profesores les ayuden a encontrar sus caminos e intereses: "que vean en mi en lo que puedo ser bueno"
Quieren conocer y manejar la tecnología: esto les permite sacar sus propias conclusiones, encontrar la información por ellos mismos, encontrar nuevos terrenos para aprender o practicar las cosas que ya saben... interactuar con el mundo
Necesitan nuevas estrategias didácticas, nuevos entornos donde aprender, basados en la tecnología. La pandemia ha puesto de manifiesto que no podrán volver a clase tal como se acuerdan, pero el aula virtual no es igual que el aula física, necesitan que sus profesores se ingenien nuevas formas de dar clase: laboratorios virtuales, grupos pequeños de trabajo, aplicaciones, crucigramas, cahoots, juegos... dar un espacio para que las cosas se expliquen de otra manera... Tener espacios íntimos para que florezcan los intereses de cada uno.
No necesitan tantas tareas: reducir la carga académica o pensar en nuevas maneras de evaluar o cumplir con el expediente.
La carga emocional y académica en la virtualidad es muy difícil: hay muchas tareas, lecturas, trabajos... están delante del ordenador muchas horas sin descansos o cambios drásticos de actividad. Su habitación ha dejado de ser un refugio para ser un salón de clases, donde puedes respirar la presión.
Necesitan espacios SIN ADULTOS: sin vigilancia, sin observación, sin participación de profesores o padres, ni de las personas que conviven en la misma casa.. Necesitan espacios para interactuar, aunque sea virtualmente... incluso conocer gente nueva en esos espacios virtuales.
¡También necesitan moverse! Educación física, baile, ejercicio... si todos abriéramos esos espacios, el estrés bajaría.
No todos funcionan igual: las diferencias son importantes y deben ser el centro de la experiencia académica, pedir a cada uno lo que puede dar y darle a cada uno lo que necesita.
La flexibilidad es fundamental para el aprendizaje: se puede llegar al mismo sitio por muchos caminos... abramos la mente y las posibilidades para que todos podamos participar del saber.
Las diferencias de accesibilidad nos ponen a prueba: no es sólo que no todos tienen conexión, no es lo mismo la clase desde un computador que desde un teléfono celular.
Mi frase preferida de esta conversación: "si todos nos revelamos, podemos conseguir un cambio"
belén sevilla morillo · Wed 30 Jun 2021 8:54PM
Niñ@s y estudiantes también participaron en esta gran conversación... recogimos sus voces en este pequeño resúmen (aquí os dejo el documento completo):
¡Quieren volver al colegio! Pero no para aprender en la forma tradicional... sino ¡para estar con sus amigos! para volver a socializar, a hacer amigos, a aprender a compartir, a abrazarse y darse besos... Tenemos que priorizar: resiliencia, compromiso, interés por el aprendizaje.
Quieren participar y ser escuchados: los niños y las niñas tienen ideas sobre cómo quieren que la escuela funcione, quieren tener voz en la escuela, que existan realmente espacios de participación y que se escuchen las propuestas que tienen para ofrecer. Practicar sus derechos constitucionales desde la escuela.
Quieren que sus profesores les ayuden a encontrar sus caminos e intereses: "que vean en mi en lo que puedo ser bueno"
Quieren conocer y manejar la tecnología: esto les permite sacar sus propias conclusiones, encontrar la información por ellos mismos, encontrar nuevos terrenos para aprender o practicar las cosas que ya saben... interactuar con el mundo
Necesitan nuevas estrategias didácticas, nuevos entornos donde aprender, basados en la tecnología. La pandemia ha puesto de manifiesto que no podrán volver a clase tal como se acuerdan, pero el aula virtual no es igual que el aula física, necesitan que sus profesores se ingenien nuevas formas de dar clase: laboratorios virtuales, grupos pequeños de trabajo, aplicaciones, crucigramas, cahoots, juegos... dar un espacio para que las cosas se expliquen de otra manera... Tener espacios íntimos para que florezcan los intereses de cada uno.
No necesitan tantas tareas: reducir la carga académica o pensar en nuevas maneras de evaluar o cumplir con el expediente.
La carga emocional y académica en la virtualidad es muy difícil: hay muchas tareas, lecturas, trabajos... están delante del ordenador muchas horas sin descansos o cambios drásticos de actividad. Su habitación ha dejado de ser un refugio para ser un salón de clases, donde puedes respirar la presión.
Necesitan espacios SIN ADULTOS: sin vigilancia, sin observación, sin participación de profesores o padres, ni de las personas que conviven en la misma casa.. Necesitan espacios para interactuar, aunque sea virtualmente... incluso conocer gente nueva en esos espacios virtuales.
¡También necesitan moverse! Educación física, baile, ejercicio... si todos abriéramos esos espacios, el estrés bajaría.
No todos funcionan igual: las diferencias son importantes y deben ser el centro de la experiencia académica, pedir a cada uno lo que puede dar y darle a cada uno lo que necesita.
La flexibilidad es fundamental para el aprendizaje: se puede llegar al mismo sitio por muchos caminos... abramos la mente y las posibilidades para que todos podamos participar del saber.
Las diferencias de accesibilidad nos ponen a prueba: no es sólo que no todos tienen conexión, no es lo mismo la clase desde un computador que desde un teléfono celular.
Mi frase preferida de esta conversación: "si todos nos revelamos, podemos conseguir un cambio"
¡Hagámoslo! ¡por nuestros niños!