Loomio

Debate sobre la propuesta de Fito

JPR Joaquin Puch Rubio Public Seen by 23

Subo de nuevo al Círculo el documento que presentó Fito para el debate de cómo hacer entre tod@s el Programa Municipal en cada pueblo
(ayer lo puso Victor pero como estamos aprendiendo no estoy seguro de que tod@s lo hayamos visto)

Este es un documento para el debate, de cara a las elecciones municipales, que nos ha pasado Fito, un compañero de Los Molinos, que ha sido concejal, y de gobierno, los dos primeros años de este mandato, por lo que muchas opiniones están basadas en la experiencia.
Es un documento largo, pero en mi opinión valioso, que nos puede ayudar mucho a decidir cómo desarrollar una estrategia ante las elecciones municipales de mayo.
ALGUNOS ELEMENTOS A TENER EN CUENTA PARA LOS CÍRCULOS DE LOS MOLINOS Y CERCEDILLA, ANTE LAS ELECCIONES MUNICIPALES DE MAYO DE 2015.
Primer Borrador. Julio de 2014.
Este es un documento redactado por una persona del Círculo de Los Molinos-Cercedilla, en base a su experiencia de trabajo municipal durante once años y como concejal de Urbanismo y Participación Ciudadana durante dos años. Debe, por tanto, entenderse así y si se considera que el documento es interesante, ser objeto de debate, revisión, cambios y, en su caso, apropiación por nuestro Círculo
I. INTRODUCCIÓN
La decisión de presentarse a las elecciones municipales, por parte de los Círculos de PODEMOS, y la manera de hacerlo no han sido confirmadas formalmente, pero parece que todo apunta a que lo consideramos un paso fundamental para construir una hegemonía popular que nos permita cambiar las cosas, cambiar el régimen, cambiar el sistema, cambiar de época…
La presencia en los Ayuntamientos de miles de concejales/as de PODEMOS o de los movimientos sociales, en una fecha tan cercana como mayo de 2015, nos puede permitir contar con una palanca para apoyar las luchas de los movimientos sociales y la consolidación de nuestra organización asamblearia. La mayoría que se puede conseguir en algunos Ayuntamientos, permitiría además crear ejemplos de gestión democrática y de honestidad que contribuyan a esos mismos cambios. Parangonando una conocida y vieja consigna, podemos crear uno, dos, tres… mil Marinaledas (pueblo ejemplo de “utopía” en marcha, que todos/as debemos conocer y estudiar).
Por estas razones y las que las acompañan, creo que una de las tareas prioritaria y urgente es empezar a trabajar ya en la orientación de los Círculos hacia los problemas locales, lo que es la base para tener éxito en las elecciones municipales y también para que nuestro proyecto político se enraíce entre la gente.
Queda tiempo (unos 10 meses) para trabajar el tema municipal-local. No hay que agobiarse, sobre todo porque la experiencia nos dice que no es posible prepararse para actuar en lo municipal “en seco”, a través de cursillos, talleres, estudio o reflexión personal o colectiva. Lo municipal tiene centenares de aspectos que ni una persona, ni un colectivo pueden abarcar en unos meses, por muchas horas de estudio o reflexión que se le dedique. Sólo es posible estar preparados/as a través del tiempo y de la práctica.
Esta complejidad de lo municipal, en vez de considerarla un obstáculo, debemos verla como una llamada a no acomplejarse. Aprenderemos, iremos aprendiendo, sabremos cada vez más… Si los incapaces, corruptos e inmorales vienen gobernando y administrando los Ayuntamientos en su provecho, nosotros y nosotras lo podemos hacer mucho mejor en provecho del pueblo y con la presencia del pueblo en todas las decisiones.
La experiencia y el conocimiento en temas municipales son importantes, como en todos los aspectos de la vida, pero más importantes son la honestidad, las ganas de aprender, la capacidad de aprendizaje, el trabajo colectivo de elaboración, la presencia activa de los movimientos sociales y el trabajo de respaldo y control de los electos/as.
II. EL PROGRAMA
Es un tema clave (llave), pero no es el más difícil de definir. Es un aspecto prioritario para formar nuestra identidad local, crear lazos con las organizaciones y movimientos locales y también para presentarnos a la población no movilizada. En este terreno hay que señalar que una parte importante de los/as integrantes de PODEMOS (por diferentes razones) no viven de manera activa la política local, como tampoco lo hace la mayoría de la población. A veces este alejamiento es más notorio en los jóvenes, en los estudiantes universitarios, en los profesionales… El proceso de elaboración del programa y el inicio del trabajo municipal en lo institucional, nos ayudará también a ser un proyecto más arraigado en los problemas cotidianos de las mayorías, a que todos/as sintamos la llamada de lo local, de trabajar con nuestros vecinos y vecinas, en base a los problemas cotidianos que nos unen a los/as de abajo.
¿Por dónde empezar?
En primer lugar hay que empezar por lo que ya existe: En todos los pueblos los partidos tradicionales tienen sus programas electorales. Hay que leerlos, porque en algunos aspectos dicen cosas sensatas, aunque luego no las cumplan, y también se ve claramente sus objetivos y sus chanchullos. En bastantes pueblos hay candidaturas ciudadanas, grupos de izquierda, colectivos sociales, movimientos sociales, etc., que han elaborado programas que recogen lo fundamental de las aspiraciones populares que son las nuestras. También existen documentos sobre determinados aspectos de nuestros pueblos que habrá que tener en cuenta. Por ejemplo, documentos de Ecologistas en Acción, estudios de universidades, trabajos o investigaciones de personas, páginas web oficiales en las que se pueden consultar múltiples aspectos (estadísticas, planeamiento, mapas históricos, datos de empleo, industrias, comercios, etc.). No hay que reinventar lo que ya está avanzado por la gente que lucha y estudia las situaciones. Si acaso hay que completar los vacíos.
En segundo lugar, pero más importante que lo anterior, es debatir sobre lo que queremos llevar en el Programa. Un error frecuente es elaborar un Programa lleno de buenos deseos… Un movimiento como el nuestro creo que debe huir de esa tentación y elaborar un Programa realista de propuestas factibles a corto y medio plazo y, sobre todo, de propuestas de lucha y organización para conseguir aquello que no es posible de manera inmediata.
Para esto tenemos que debatir mucho en los Círculos, pero también, y a veces sobre todo, con los colectivos de todo tipo, con los movimientos sociales y con las personas de nuestro pueblo. PODEMOS no somos el único espacio de lucha, no deberíamos pensar que todo se hace en PODEMOS. Queremos ser una manifestación de la gente y con la gente es con quien tenemos que construir todo. Y cuando decimos la gente, no estamos hablando solamente de los movimientos ya constituidos y con opinión política (grupos ecologistas, colectivos culturales, grupos de lucha social, asociaciones de vecinos, etc.), sino también de los pequeños comerciantes, los ganaderos, los autónomos/as, los sindicatos, los trabajadores y trabajadoras del Ayuntamiento, los inmigrantes, los desempleados, las asociaciones de amas de casa, las asociaciones festivas, los/as excursionistas, los profesores/as, las asociaciones religiosas (sí, también hay que hablar con el cura…), los/as artistas e intelectuales, los jubilados/as, etc., etc. Es, después de este trabajo de campo y en el debate colectivo, cuando podemos configurarnos una imagen de nuestros pueblos y de lo que tenemos que llevar en nuestro programa de lucha. Todos y todas tenemos prejuicios y no puede ser de otra forma, por lo que hay que ir a la realidad para confirmarlos, modificarlos o desecharlos.
¿Promesas o propuestas de movilización?
La experiencia nos dice que no debemos incluir en el programa promesas bienintencionadas que nos haga aparecer como “conseguidores” y menos aun promesas que no podamos cumplir, por muy bien intencionadas que sean. Por ejemplo, no es lo mismo plantear “Pondremos en marcha una cantera de empresas”, que “Impulsaremos que se ponga en marcha, con participación popular, una cantera de empresas” o “Promoveremos una Ordenanza que impida la instalación de grandes superficies en nuestro pueblo”. Lo primero sería caer en la política tradicional de las promesas, lo segundo sería una invitación a hacer cosas entre todos, una invitación a luchar y organizarse.
También la experiencia nos dice que lo más adecuado es sacar un Programa reducido, centrado en lo principal que queremos parar, en lo principal que queremos hacer, en cómo queremos hacerlo (participación) y en nuestros compromisos éticos (sueldos, revocabilidad, rotación…), un Programa amplio, en el que se volquemos más detalles, análisis y propuestas, y también podemos hacer documentos o separatas por sectores (empleo, mujer, juventud, educación, pequeño comercio, urbanismo, medio natural, mayores, niños, personas con discapacidad, movilidad, agua, patrimonio, cultura, deporte, etc.), que nos permitan además crear grupos de trabajo para su elaboración y acercarnos a esos colectivos con propuestas de su interés. Pero todo sin agobiarse y teniendo en cuenta nuestras capacidades, el tiempo del que disponemos y el tiempo que tenemos por delante para ir profundizando en esos aspectos.
El Programa, siendo clave, no es tampoco un fetiche. Puede estar sujeto a cambios, según vaya cambiando la situación y la correlación de fuerzas con los poderes. Es decir, creo que lo debemos concebir como un conjunto de transformaciones y mediaciones que nos abran camino a otras transformaciones mayores.
Esta tarea de ponernos a elaborar “El Programa” es independiente de cómo se vaya finalmente a las elecciones. Si en algunos pueblos se va en listas conjuntas con otros grupos, todo el trabajo que hayamos adelantado será bueno para consensuar el programa electoral con esos grupos.
Consejo: empezar ya a hablar, trabajar y escribir en torno al Programa. Tenemos tiempo si empezamos a avanzar (algunos partidos no lo hacen público hasta que se está en período electoral o incluso esperan a ver qué Programa presentan otros para matizar el suyo… no digo que esto sea recomendable, sólo es una muestra de que se puede esperar para concretar y afinar el programa hasta última hora, sobre todo si se ha hecho antes un trabajo amplio y con la gente).
Al final del documento hemos incluido un Anexo con ideas para el contenido de un Programa municipal.
III. LAS LISTAS
Condicionantes legales.
El número de empadronados/as en los pueblos determina el número de concejales/as. Por ejemplo, en Cercedilla son 13, en Los Molinos 12… en Collado Villalba 25. Además las listas pueden incluir suplentes (y es bueno hacerlo, tanto por si se presentan problemas, como para visibilizar nuestra presencia y comprometer más a los/as compañeros/as).
La legislación establece que las personas que aparezcan en la lista tienen que tener cumplidos los18 años el día de las elecciones, ser de nacionalidad española o de cualquier otro país de la UE, pero no es obligatorio que quienes vayan en las listas estén empadronadas ni que vivan en el pueblo al que se presentan.
Además, con Noruega, Ecuador, Nueva Zelanda, Colombia, Chile, Perú, Paraguay, Islandia, Bolivia, Cabo Verde, República de Corea y Trinidad y Tobago hay convenios que permiten el voto en las elecciones municipales de sus nacionales residentes (con papeles) en el Estado español, si solicitan previamente su inscripción en el “censo electoral de extranjeros” y están empadronados/as, aunque no pueden ir en las listas, a no ser que haya un Tratado de reciprocidad (una tarea que tenemos es hacer campaña para que los/as residentes extranjeros se inscriban en el censo, tanto si nos votan como si no).
La legislación establece una cierta paridad hombre-mujer, que obliga a que el mínimo de cada uno de estos colectivos sea del 40%, con aplicación también de este mínimo en tramos (cada cinco puestos, los suplentes, el total de la lista…).
PODEMOS, al ser legalmente un partido político, puede presentar listas en cualquier pueblo o ciudad, sin más requisito que avalar una lista con su nombre. Esas listas las tiene que presentar formal y legalmente PODEMOS, como partido político, a las Juntas Electorales (es decir, que no seríamos los Círculos quienes haríamos el trámite final y las listas deben ser ratificadas por los/as representantes legales de PODEMOS).
También se pueden presentar a las elecciones coaliciones electorales de partidos constituidos, con una lista única (no confundir con las coaliciones de gobierno o los acuerdos después de las elecciones).
Agrupaciones de electores/as
Si se hicieran candidaturas vecinales, “agrupaciones de electores”, sin el paraguas y el nombre de un partido, habría que recoger avales entre los ciudadanos/as. Este es el número de avales que la normativa exige:
a. En los municipios de menos de 5.000 habitantes no menos del 1 por 100 de los inscritos siempre que el número de firmantes sea más del doble que el de Concejales a elegir.
b. En los comprendidos entre 5.001 y 10.000 habitantes al menos 100 firmas.
c. En los comprendidos entre 10.001 y 50.000 habitantes al menos 500 firmas.
d. En los comprendidos entre 50.001 y 150.000 habitantes al menos 1.500 firmas.
e. En los comprendidos entre 150.001 y 300.000 habitantes al menos 3.000 firmas.
f. En los comprendidos entre 300.001 y 1.000.000 de habitantes al menos 5.000 firmas.
g. En los demás casos al menos 8.000 firmas.
Estos avales tienen que hacerse ante Notario (lo que supone un gasto de algunos cientos de Euros, así como el desplazamiento de las personas que avalarían la lista) o ante el Secretario del Ayuntamiento (lo que no supone gasto, pero sí puede suponer un problema por horarios, temor a que te vean firmar, etc.).
Partidos políticos de ámbito local
Otra fórmula es formar un partido político de ámbito local, que no necesita de avales previos, sino que es suficiente con tres personas para crearlo. Hay que redactar unos Estatutos, cubrir unas fórmulas burocráticas, elegir formalmente un mínimo de tres cargos… pero es relativamente sencillo.
¿Cómo completar y confeccionar la lista?
Este es un aspecto delicado y puede llevar a tensiones, a consensos falsos, a listas poco adecuadas, a rupturas, etc.
En los últimos años, algunas formaciones han tenido problemas para conseguir personas que fueran en los primeros puestos de las listas, porque la responsabilidad de salir elegido/a concejal/a es grande, porque hay quienes no se siente capacitados/as, por no poder dedicarle el tiempo requerido, etc., y muchas personas no dan ese paso adelante.
En otros casos ha pasado justo lo contrario y se han dado luchas, maniobras y rupturas por disputas por los primeros puestos. Algunas de estas disputas han sido por diferencias políticas, pero la mayoría suelen ser por liderazgos personalistas y egos, y también por las dietas, por encontrar un empleo pagado, por la influencia que puede proporcionar ser concejal/a, por las expectativas de “carrera política”, por las de ascenso social, por intereses personales poco confesables, etc. Nada nos garantiza que esto no nos pase a nosotros/as. Incluso ya sabemos que algunas personas se han acercado a algunos Círculos con estas intenciones, porque ven a PODEMOS como una vía de acceso a la casta y sus privilegios, como una forma de sobresalir, etc.
También hay veces que personas brillantes pero poco constantes, acaparan la atención de los grupos, asumen el liderazgo, desarrollan numerosas tareas, se postulan para asumir responsabilidades y se les pone en los primeros puestos de las listas… y luego, cuando se presentan grandes o pequeños problemas, abandonan, dejando un hueco difícil de cubrir y una sensación de desolación en el grupo y también de engaño a los votantes.
Otro problema que podemos tener es que pongamos en las listas a personas que, de buena fe, se ofrezcan voluntarias y, por no hacerlas sentirse mal o para “quitarnos el muerto de encima”, aceptemos ese voluntarismo como una vía de acceso a los primeros puestos de las listas. No es lo mismo asumir voluntariamente una o algunas tareas puntuales, que estar muchos meses en un puesto de responsabilidad, expuesto/a al escrutinio de la gente, aguantando tensiones, dedicando cientos de horas, etc. Nuestras listas (independientemente de cómo se confeccione su orden), deberían garantizar una cierta solvencia del trabajo que vamos a iniciar.
Pero esto, no quiere decir que tengamos que impulsar que estén en los primeros puestos la gente con más experiencia o que aparece como con más experiencia (por que hablan mejor, porque tienen un cierto grado de cultura o formación, porque conocen el lenguaje político al uso, porque demuestran más seguridad o radicalidad en sus intervenciones, etc.). Toda experiencia se adquiere con el tiempo y hay otras cualidades que tienen que pasar por delante, como pueden ser la honestidad a toda prueba, la representatividad y el reconocimiento social de esa persona, su capacidad de aprendizaje, su conducta, sus capacidad de crear grupo, su resistencia a las tensiones y presiones, etc. Muchas veces puede ser mejor que la gente con experiencia se dedique al trabajo de apoyo que necesitarán los/as concejales/as, que a asumir las tareas de “representación” y también las de elaboración, las técnicas, etc. El éxito de nuestra lucha, va a depender más que de personas carismáticas, de contar con colectivos que trabajen con métodos colectivos y que sean capaces de crear equipos y de renovar esos equipos.
También nos puede pasar que, después de hacer todos los esfuerzos, a días del cierre de las listas, no consigamos tener personas suficientes para cubrir toda la lista o que no tengamos mujeres u hombres suficientes para cumplir el porcentaje mínimo establecido (40%). Hay que trabajar para que no nos ocurra, pero si se da, una, mala, solución puede ser recurrir a personas de otros pueblos para cubrir los puestos de “relleno” (los llamados “paracaidistas”).
Habría también que hacer todo lo posible para presentar “listas cremallera” (mujer-hombre-mujer…) y también listas representativas de los diferentes sectores a los que nos dirigimos (jóvenes, jubilados, asalariados/as, precarios/as, desempleados/as, autónomos/as, inmigrantes, amas de casa, profesionales, estudiantes, etc.), aunque esto último va a ser difícil en estas próximas elecciones.
En todos los casos, debemos tratar que sean además personas honestas y de trayectoria honesta. Lo ideal sería que también sean personas conocidas y reconocidas por su actuación política, profesional, social, solidaria, etc., en nuestros pueblos.
Otro aspecto evidente a tener en cuenta, es la disponibilidad de tiempo de las personas que vayan en las listas y que puedan salir elegidas concejales/as.
Cuando no se forma parte del gobierno municipal, los concejales/as en la oposición no necesitan tanta dedicación formal, pero tienen obligaciones formales, como asistir a los Plenos (que suelen ser una vez al mes), suelen tener también reuniones de Comisiones (Hacienda, Urbanismo…), además de dedicar tiempo a leer documentación municipal, hacer consultas a funcionarios/as, etc., y las tareas políticas propias (reuniones, asamblea con vecinos/as, etc.). Esta actividad, en municipios pequeños y medianos, puede ser compatible con un horario laboral o con obligaciones de otro tipo, aunque a veces el filibusterismo del equipo de gobierno ha llevado a que pongan los Plenos y Comisiones precisamente en horario laboral, para perjudicar a los concejales/as de la oposición que tengan obligaciones en esas horas.
Cuando se va a formar parte de un equipo de gobierno, se requiere, evidentemente, de más tiempo disponible y de mayor capacidad de trabajo o aprendizaje, lo que puede ser o no compatible con obligaciones laborales o personales, y plantearía también la consideración de si un concejal o concejala debería tener sueldo o no del Ayuntamiento, si podría renunciar temporalmente a su trabajo (con garantías de reserva del puesto de trabajo –por ejemplo: los funcionarios/as no tienen problemas para esto-, o de retomar su actividad), etc. En el caso de conseguir alcaldes o alcaldesas, se suele requerir dedicación absoluta o media dedicación al menos, aunque también en este terreno podemos cuestionar la realidad habitual.
¿Primarias abiertas?
PODEMOS ha puesto en el centro del debate político las primarias abiertas. Lo hicimos con la lista a las elecciones al Parlamento de la UE, utilizando un sistema mixto por el cual los Círculos proponían candidatos y cualquier persona podía votar a un máximo de cinco de ellos.
Para las elecciones municipales las primarias son, a la vez, más reales y cercanas, pero también más delicadas y manipulables. Tendríamos primero que tener un debate sobre cómo hacer las primarias, sabiendo, además, que como organización estatal se pueden definir algunos requisitos o, incluso, los detalles del proceso.
En este debate podemos comenzar por hacernos varias preguntas:
1. ¿Quién definiría las listas previas que someteríamos a primarias?
2. ¿Cómo se definiría el orden de la lista previa que someteríamos a primarias?
3. ¿Quién podría votar en las primarias?
A las que se me ocurren las siguientes respuestas:
A la primera pregunta parece lógico que la lista previa, que se sometiera a primarias, la tendría que definir el Círculo. Esa lista podría incluir a todas las personas del Círculo que quieran presentarse, una lista de personas avaladas por el Círculo o una lista de personas votadas por el Círculo. También tendríamos que definir si en la lista incluiríamos a personas que no sean del Círculo (yo creo que no sólo debemos aceptarlo, sino que tenemos que buscarlo). Si nos presentamos con otra fórmula (candidaturas populares) habría que hacerse también esta pregunta y buscar una respuesta.
A la segunda pregunta, el orden de la lista que someteríamos a primarias podría ser el alfabético (en caso de que no haya habido votaciones u otro orden prefigurado) o por número de votos o avales.
A la tercera pregunta se nos ocurren dos opciones, que puedan votar a la lista cualquier persona empadronada en el pueblo (u otro requisito) o sólo las personas del Círculo y los/as simpatizantes previamente inscritos.
Tendríamos además que definir la fórmula de votación, para garantizar que no se pueda votar en dos pueblos o que vote gente que no esté involucrada en las elecciones en nuestro pueblo.
Del mismo modo, habría que definir algunos aspectos formales, como, por ejemplo:
1. ¿Votarían sólo quiénes estén empadronados/as o todos/as quienes tengan residencia en el pueblo? ¿Cómo se comprobarían estos dos aspectos?
2. ¿Cómo se confeccionaría un censo de simpatizantes, en el caso de que se opte por esta fórmula?
3. ¿Desde qué edad se podría votar?
4. Se votaría ¿En urnas puestas en la calle, en días y lugares anunciados y con petición del carnet, por internet…?
5. ¿Cómo se auditaría el proceso, cómo se custodiarían las urnas, cómo y quién haría el recuento, etc.?
6. ¿A cuántas personas de la lista se podría votar?
7. ¿Se votaría por separado a la persona que encabezaría la lista?
8. ¿Se harían, independientemente de los votos obtenidos, listas “cremallera”, como en nuestra lista al Parlamento de la UE?
9. Etc.
En pueblos pequeños, hay que pensar también en cómo evitar que se produzcan manipulaciones en las primarias (por ejemplo, por otro partido que busque desplazar de la lista a una persona o encumbrar a otra, votaciones en broma, etc.).
¿Son las primarias la forma idónea para definir las listas a las elecciones municipales?
Dicho todo esto, nos tenemos que plantear también si las primarias son la fórmula adecuada para definir la lista y, sobre todo, el orden de la lista. En mi opinión no está claro y espero que nadie vea en esto una herejía.
La experiencia nos dice que, hasta ahora, en las candidaturas más ligadas a la lucha y a los movimientos sociales, lo más difícil ha sido encontrar a personas que quieran estar en los primeros puestos de la lista y ser concejales/as. Esto puede cambiar, porque PODEMOS ha creado un nuevo entusiasmo y hay muchas personas que han decidido dar un paso al frente…
Pero si no tenemos personas suficientes para asegurar las concejalías y el orden de la lista se define en votación, algunas personas podrían negarse a ir en la lista para no quedar en un puesto que le obligue a asumir un cargo.
También puede pasar que, si practicamos la rotación en los cargos (lo que se desarrolla en un punto posterior), una persona pueda, por ejemplo, estar en disposición de asumir la concejalía a los dos años, pero no al día siguiente de las elecciones (por motivos laborales, de cuidados familiares, estudios, oposiciones, etc.). Supongamos que esa persona sale con los votos mayoritarios o unánimes para ser la primera de la lista y no puede asumir la concejalía, pero si ir de segunda, tercera o cuarta y asumir la concejalía al año, a los dos años, a los tres años. No estoy hablando de una hipótesis, sino de un caso real que se nos dio en Los Molinos.
Por esto y también por otras razones, deberíamos darle vuelta a otras fórmulas para confeccionar una lista sólida. Se me ocurren algunas variantes:
Lista elaborada por consenso en el Círculo, intentando tener en cuenta las variables presentes (voluntad de asumir o no un cargo, sexo, representatividad, formación, disponibilidad, rotación…). Esto se podría hacer en el Círculo, directamente en asambleas, o se podría encargar a un grupo de compañeros/as, que gocen de la confianza colectiva, para que hagan consultas y propongan a la asamblea una lista que ésta tendría que ratificar. Una forma de ratificarla públicamente podría ser someterla a unas primarias tipo referéndum plebiscitario, es decir que se vote sí o no a esa una lista cerrada. Mi opinión es que esta fórmula del referéndum restaría credibilidad a las primarias y podría facilitar maniobras desde fuera, o generar situaciones difíciles o sin salida, si sale mayoritario el no.
Primarias, pero que cada persona, en función de los votos que obtenga, pueda decidir qué puesto de la lista ocupa (la persona más votada elige puesto, la segunda hace lo propio, la tercera…). Esta fórmula puede ser adecuada y hasta gratificante, pero puede también generar problemas. Por ejemplo, que nadie quiera asumir los primeros puestos o que personas poco respaldadas los asuman por descarte. También, si se hacen primarias abiertas a la población, puede generar un sentimiento de frustración de los/as votantes, cuando vean que, por ejemplo, la persona más votada se auto relega al tercer, cuarto o último puesto de la lista (¿para qué he votado?).
IV. ALGUNOS PROBLEMAS QUE SE PUEDEN DAR: ¿CÓMO ABORDAR LOS DEBATES Y LAS DIFERENTES POSICIONES? EL “SÍNDROME DE LA TERTULIA”, EL “MACHO DOMINANTE”, EL “SÍNDROME DEL CONCEJAL” Y OTRAS DIFICULTADES
Entrar en los espacios políticos institucionales, como ya ha hecho PODEMOS, ha sido uno de los grandes aciertos de nuestra formación. Les hemos pillado con el paso cambiado y ha nacido una ola de entusiasmo que es un elemento imprescindible para el cambio de sistema que pretendemos. Pero, los espacios políticos tienen numerosas trampas y peligros. Podríamos caer en la ingenuidad de decir que a nosotros/as no nos va pasar, pero la experiencia dice que no basta con la buena intención para salvar esos obstáculos.
Un elemento que nos va a afectar sin ninguna duda, es que en la medida que vayamos creando un Programa electoral y, más aun, cuando tengamos una práctica electoral e institucional, van a aparecer diferencias e incluso posiciones contrapuestas. Esas diferencias pueden llevar a salidas de personas y hasta a rupturas. Hay que hablar de esto y buscar fórmulas que minimicen los efectos no deseados de la inevitable y deseable pluralidad que queremos en nuestros Círculos.
Los debates y el consenso
La fórmula clave para abordar estas diferencias son el debate reposado y fraternal, y la búsqueda de consensos, más que las votaciones. Así se ha venido funcionando en los movimientos sociales, evitando, siempre que se pueda, votar y que un grupo de compañeros/as quede en minoría o vea sus posturas rechazadas.
La búsqueda del consenso no es una actitud “buenista”, sino una reflexión profunda sobre cómo se gestan las opiniones y cómo se deben formar las posiciones colectivas. Cualquiera de nosotros/as ha defendido, en ocasiones, una posición con firmeza, pero, pasado el tiempo, ha cambiado su opinión sobre el tema. A veces también, en el calor del debate, tendemos a exagerar las bondades de lo que defendemos y a minusvalorar otras posiciones, lo que suele llevar a que encontremos la misma respuesta en quienes tienen otra posición, con lo que los debates se enconan y las diferencias se exageran más allá de lo que es lógico. Por esto, muchas veces, el consenso es lo más acertado y democrático, lo que nos permite mantener el grupo y lo que mejor representa las posiciones colectivas.
Pero para que el consenso sea factible y no paralizante, se requiere que sepamos crear un ambiente de debate constructivo, en el que quede patente que debatir implica primero aprender a escuchar. El síndrome de la tertulia televisiva no nos puede penetrar, más aun cuando en ese medio de comunicación hemos sabido y estamos sabiendo dar una lección que nos ha atraído grandes simpatías. Saber escuchar implica, por ejemplo, juzgar la posición que no compartimos por sus aspectos más fuertes, no por frases sueltas o por sus debilidades.
También muchas veces solemos ser más tajantes en lo que planteamos que lo que realmente estamos convencidos. El estilo de debate “macho dominante” está muy arraigado y nos lleva a aparentar una seguridad y rotundidad que no tenemos y que puede apabullar, herir a compañeros/as o hacer que se nos responda en la misma lógica.
Se ha escrito y se ha reflexionado mucho sobre esto en los movimientos sociales y se ha comprobado también que si sabemos crear un ambiente inclusivo, de consenso, donde se hable sin atropellos y evitando calificar nuestras posiciones o las posiciones diferentes, matizando pero sin caer en las grandes declaraciones o en los vetos innecesarios, cediendo en algunas de nuestras propuestas para incluir las de otros compañeros/as, consensuando, cuando sea posible, una posición con la que todos/as nos sintamos identificados/as, aunque no sea exacta y totalmente la nuestra, etc., permiten generar un ambiente de compañerismo, de confianza, de hermandad, de camaradería… que son activos más importantes que lo que puedan decir unos Estatutos, un nombre o unas reglas de funcionamiento. Cuando existe este ambiente, lo hemos comprobado, las cosas se solucionan con facilidad y todos y todas estamos dispuestos a ceder para fortalecer el grupo, que actúa como un “intelectual colectivo” que procesa la realidad y toma decisiones para cambiarla.
El “síndrome del concejal”
Otro problema que se desata siempre en los grupos que acceden a los Ayuntamientos, es el llamado “síndrome del concejal”. No es una broma… Cuando se está en campaña suele suceder que el grupo de referencia está bastante activo y las reuniones suelen llenarse de personas que asumen las tareas con bastante entusiasmo. Pero cuando comienza la rutina política, cuando “llega el invierno”, la persona o personas que asumen las concejalías tienen que seguir llevando, por razones de su cargo, un trabajo constante, muchas veces burocrático y oscuro. Tienen que dedicar muchas horas a largas reuniones pesadas e inútiles, a leerse largos y enrevesados documentos, etc., y también se encuentran que, a veces, tienen que tomar decisiones sin poder consultar al grupo, votar temas que no han sido debatidos en el grupo, etc.
Estas situaciones llevan a distanciar a los concejales/as del grupo y viceversa.
Los concejales/as sienten que asumen muchas y pesadas tareas que no son comprendidas, ni valoradas, ni apoyadas por el grupo. Lo que les puede llevar a un sentimiento de soledad, de falta de respaldo y de comprensión, de abandono, etc., lo que unido al cansancio puede conducir a que empiecen a enrocarse, a tomar decisiones por su cuenta, a no pasar información (como “represalia” o por falta de tiempo o al ver que no hay interés…), a no fomentar las reuniones, a burocratizarse, a sentirse más cerca de los otros concejales/as de otros grupos y de las tareas municipales que del grupo, a asumir posiciones legalistas (alejándose del debate político y de la rebeldía), etc.
Cuando esto pasa las tensiones en el grupo están garantizadas y se acentúan las diferencias previamente existentes o, peor aún, se generan diferencias artificiales. También, las personas del grupo se pueden sentir poco tenidas en cuenta o apreciadas por los concejales/as, se pueden crear “capillas” entre los más cercanos/as y los más lejanos/as, etc. Estas situaciones pueden generar una espiral de incomprensiones que puede llevar a perder a personas valiosas, a la ruptura del grupo, a que los concejales/as abandonen prematuramente su cargo, al transfuguismo, etc.
Este síndrome, que se da prácticamente siempre, se puede combatir con el trabajo colectivo, con la implicación del grupo, con el apoyo a las tareas de los concejales/as (por ejemplo, creando grupos de apoyo por áreas), con la distribución de tareas evitando la concentración en los electos/as, y también con la rotación en el cargo.
V. REVOCACIÓN, ROTACIÓN, LIMITACIÓN DE MANDATOS, SUELDOS, DIETAS, ETC.
La política, como nosotros/as la concebimos, no puede ser una forma de ganarse la vida, aunque sea de manera honesta. Tampoco puede ser una forma de pasar el rato, ni de adquirir notoriedad, ni mucho menos de sacar adelante los intereses económicos personales, familiares o de un colectivo. La política es el camino para ser personas libres, para luchar todos los días contra todos los poderes nefastos y contra todos los miedos.
La profesionalización en política puede ser necesaria, e incluso imprescindible en algunos aspectos y momentos, pero es un aspecto que hay que tratar con sumo cuidado, pues suele tender a reforzar la degeneración burocrática, que ha sido siempre la principal causa de la derrota de las revoluciones.
Hay que partir de que la burocratización no es cuestión de la forma de ser o de actuar, sino una tendencia “lógica” de las organizaciones humanas. Ser conscientes de que la degeneración burocrática acecha a todos los colectivos, nos debe llevar a poner remedios para minimizarla y combatir sus aspectos nocivos y a estar vigilantes contra este fenómeno que nos puede terminar aislando de la sociedad y llevarnos a convertirnos en un grupo (casta) que defiende sus propios intereses a través de la política.
La revocación de los electos/as
Hay que recordar, porque hay que ser fieles a los que lucharon antes, que el que los electos/as sean revocables ya fue uno de los planteamientos “constituyentes” de la Comuna (Ayuntamiento) de París en la revolución de 1871. Es algo tan obvio para los/as que queremos cambiar el sistema, como que el sistema no lo recoge ni reconoce en su legislación.
Este compromiso, para nuestros concejales/as, puede y debe hacerse por escrito y ser público, como una forma moral de mantenerlo y de tener una presión social para que se cumpla, como se hizo con los candidatos/as a las elecciones del Parlamento de la UE. Pero no hay fórmulas legales para imponer la dimisión de un electo/a que no quiera hacerlo y, mucho menos, para decidir qué persona le debe sustituir.
Dando por hecho que nuestros delegados/as en los Ayuntamientos aceptarían que se les revocara, tendremos que definir las formalidades para hacerlo. Tendremos que ver si se haría en el Círculo, si podría hacerse desde la población, cómo y con qué garantías se haría, etc.
La rotación en los cargos
Este es un aspecto que, en muchos países, está recogido en la legislación. Desde mi punto de vista es algo que debemos practicar y más en los cargos de concejales/as.
Personas que llevan años ocupando cargos, incluso decenas de años, cuentan reiteradamente los esfuerzos que tienen que hacer y el cansancio que acumulan, hablan de que no hay nadie que les quiera relevar, que su experiencia es difícilmente sustituible, que adquirirla cuesta mucho tiempo, que el grupo, la gente, no les apoya y no es consecuente con las tareas comprometidas… y, seguramente es cierto, pero muchas veces la forma de evitar esas situaciones es precisamente la rotación. También hemos visto muchas veces que cuando a estas personas agobiadas por “el peso de la púrpura” se les propone el relevo, su reacción suele ser airada, se niegan, se sienten menospreciadas o traicionadas, etc.
Me vais a permitir que, ya que lo tengo escrito, lo explique con las palabras de la carta que leí en el Pleno del Ayuntamiento de Los Molinos, en junio de 2013, cuando, tras cumplir dos años como concejal de urbanismo, presenté la renuncia para que pasara a cubrir ese puesto el siguiente de la lista:
“En nuestro colectivo, Convocatoria por Los Molinos, consideramos que los cargos políticos no sólo no deben gozar de ningún privilegio frente al resto de los vecinos, sino que es también importante evitar que echemos raíces en un puesto al que accedemos por el deseo de quienes nos han votado.
Es corriente que se justifique la permanencia en los cargos electos durante decenas de años, en base a la experiencia que se adquiere, primero, y se aporta después. La experiencia que se logra con el tiempo es, sin duda, un factor a tener en cuenta pero, se tiende a sobrevalorarla convirtiéndola, muchas veces, en una coartada para los deseos, confesados o no, de permanecer en el cargo y gozar de los privilegios que puede conllevar o de la relevancia social que puede proporcionar.
Menos corriente es que se tengan en cuenta los factores negativos de esa “profesionalización” de la política institucional. No se suele tener en cuenta que la actividad pública, desde la izquierda que aspira a cambiar un sistema basado en los privilegios del dinero, supone un grado importante de desgaste personal y una lucha desigual contra el corsé burocrático y los privilegios establecidos. Este desgaste suele llevar a una paulatina pérdida de fuerzas y de frescura en quienes acceden a los cargos con el deseo de servir a la gente (no así de aquellos que pretenden servirse de la gente, pues en este caso el cargo político no deja de ser un empeño rentable en el que conviene perseverar y, si es posible, eternizarse). La permanencia en los cargos tiene también elementos negativos en la casi inevitable burocratización, en la merma de contacto con la realidad, en la soberbia que puede generar, he incluso en terminar creyéndose imprescindible, iluminado, sabio…, lo que redunda en una pérdida de eficacia y de frescura política en la gestión. El “abrazo del oso” de la burocracia nos merma las fuerzas a todos/as, aun a los que nos creemos más resistentes.
Por otro lado, la dedicación a la actividad pública, cuando no supone abandonar nuestro trabajo, implica que para cumplir con ambas dedicaciones se tengan que desatender aspectos de la vida personal, aficiones e incluso obligaciones para con los que nos rodean. La postergación de esos aspectos cuando se está durante muchos años en los cargos puede pasarnos cuentas personales y alejarnos de la vida cotidiana. Por esto, la rotación en los cargos es también una garantía, para quienes los asumimos, de que ese sobreesfuerzo es por un tiempo y que podremos retomar después esos espacios desatendidos de la vida política y de la vida personal. Creo que además así somos consecuentes con que esa queja tan al día por parte de muchos políticos de todos los signos (el “enorme sacrificio” que hacemos…), tenga una salida lógica en el merecido descanso o en el pase a segunda o tercera fila de la actividad pública… La experiencia demuestra que muchas personas hacen continuamente ese discurso del sacrificio que realizan, pero “luego después” se aferran a sus cargos y no se los mueve de ellos ni con agua caliente… Alguna vez he comentado que algunas personas que durante su etapa de cargo municipal han hecho gala de su vocación de servicio público, cuando se han visto obligadas a abandonar el cargo, han perdido con él la vocación de servicio y han desaparecido de la vida política municipal. A algunas personas parece que sólo les interesa la actividad política cuando están subidas en la tarima. Este no será mi caso.
El que algunas personas se aferren a los cargos es, además, una barrera para la necesaria renovación biológica y política. Todos/as generamos, aun sin querer, costumbres y prácticas burocráticas, perdemos frescura, podemos tender a alejarnos de los problemas de los vecinos y vecinas, y podemos empezar a dar prioridad a lo que nos sea más cómodo o fácil, eludiendo la solución de los problemas.
Además, movimientos sociales de tanta fuerza regeneradora como el Movimiento 15M, han puesto sobre la mesa lo que ya sabíamos, independientemente del lado en el que nos situáramos: el alejamiento y hasta la traición a los ciudadanos y ciudadanas que supone en la mayoría de los casos la actividad político-representativa en nuestro país. En Convocatoria por Los Molinos, que tenemos la decisión de rotar desde años antes de que naciera este movimiento renovador, nos sentimos más obligados a mantenerla cuando un sector importantísimo de la sociedad, el que dio lugar al 15M, lo reivindica con tanta fuerza como razón”.
Esquematizando estas reflexiones, considero que la rotación es imprescindible por varias razones, entre ellas, porque:
1. Pone límites a la inevitable burocratización, al virus contagioso y al “secuestro” que lo institucional provoca en casi todas las personas. La gente nueva suele llegar con más ánimos y más ganas de trabajar y de cambiar las cosas. Cuando llevas tiempo te das cuenta de que hay muchas barreras burocráticas, legales, etc., al cambio y, a veces, asumes esas barreras como inamovibles, antes de toparte con ellas… te vuelves más conservador/a, pierdes frescura, te gana el cansancio y la rutina…
2. Pone límites al sacrificio personal, salarial, profesional, etc., que supone, en algunos casos, estar en una concejalía, permite el necesario descanso y suaviza el “síndrome del quemado/a”.
3. Obliga al colectivo a no bajar la guardia y a no confiarse, porque esa persona que, a veces, resuelve los problemas, tiene conocimientos, se encarga de las cosas… dejará el puesto, por lo que se hace imprescindible el funcionamiento colectivo y limitar la inevitable y peligrosa personalización de la política en las figuras de los electos/as.
4. Obliga a que las personas que les siguen en la lista (las que “están en capilla”) tengan que empezar a prepararse con tiempo para las tareas de la concejalía, por la cuenta que les tiene.
5. Permite, en poco tiempo, tener un grupo de personas que han tenido la experiencia de ser concejal/a. Por ejemplo, supongamos que en Cercedilla obtenemos tres concejales (aunque nuestra meta tiene que ser obtener la mayoría). Pasados cuatro años de legislatura podríamos tener seis, ocho… compañeros/as que puedan hablar en primera persona de lo que significa esa tarea. Tarea que, recordemos, no es aprehensible a través del estudio, sino sólo a través de la práctica, compaginada con el estudio.
6. Permite que después de vivir la experiencia secuestrante de haber sido concejal/a, se vuelva a ver el mundo desde fuera, a ser un vecino/a más, lo que es una nueva fuente de experiencia.
7. Permite que las personas que han pasado por la experiencia de ser concejal/a, ayuden y asesoren a los nuevos/as en base a la experiencia adquirida, con lo que quienes tengan que asumir el relevo lo harán con más garantías de apoyo personal y técnico, y las personas que han dejado de ser concejales/as puedan reducir su dedicación.
8. Permite también incluir personas valiosas en la lista que no quieren o no pueden estar los cuatro años del mandato. Esas personas, de otra forma, no se comprometerían a estar en “puestos de salida”, ante la perspectiva de tirarse cuatro años de concejal/a, pero sí pueden comprometerse a estar dos años, un año…
Las fórmulas o tiempos para rotar pueden ser varias:
En Los Molinos, durante dos legislaturas, teniendo un sólo concejal/a, lo planteamos cada dos años y así lo hicimos en el mandato 2007-2011. En el mandato actual (2011-2015) por renuncia precipitada del segundo de la lista, tres personas hemos ocupado la concejalía. Nuestro balance de la rotación es claramente positivo. El que ocupó la concejalía los dos primeros años estaba al límite del agotamiento al final de ese periodo y el que ha asumido cuenta ahora con el apoyo y la experiencia de esa persona.
Por nuestra experiencia, el mínimo tiempo que debería permanecer un concejal/a es un año. Un año es el mínimo para experimentar una visión global del funcionamiento de un Ayuntamiento (Presupuestos, tasas e impuestos, fiestas, obras, problemas estacionales, etc.) y porque menos de un año, además de no permitir una experiencia completa, haría que durante el mes o los dos meses que la concejalía queda vacía, mientras se realizan los trámites de renuncia y asunción, se perdiera presencia y votaciones. Dos años son un tiempo que permite adquirir experiencia a quienes se ocupan de la concejalía, preparase a los sucesores, limitar el “queme”, etc.
También se podría pensar en fórmulas mixtas adaptadas a las situaciones locales y personales. Por ejemplo: que los primeros concejales/as estén dos años y los siguientes un año, que una persona esté dos o tres años, mientras otras renuncian al año, etc. Es decir, pensar en solapamientos ad hoc.
Como es obvio, la rotación será también un aspecto básico para confeccionar las listas y, a su vez, nos condicionará el orden de los puestos de la lista.
Nuestra carrera es de fondo y debe ser también de relevos, para llegar más lejos y más rápido. La rotación nos puede ayudar.
Limitación de mandatos o permanencias
Además de la rotación debemos plantearnos también la limitación de mandatos o del tiempo que una persona de nuestro colectivo puede o debe mantenerse en un cargo. Se trata de otro tipo de rotación, de concebir la política institucional como un tránsito (entiendo que nuestros “cargos” no son representantes, sino delegados/as), de dejar paso a nueva gente, de reciclar a la gente para que vuelva “a la base”, etc.
Para el Parlamento de la UE, desde PODEMOS se estableció que el máximo de permanencia en esos cargos fueran dos legislaturas (ocho años en el caso de los Ayuntamientos). Si establecemos la rotación este aspecto queda relativizado, pero creo que debemos definir también un número máximo de años de permanencia en un cargo, que podrían ser, por ejemplo, de cuatro o seis, de tal forma que una persona no pueda ocupar ese cargo más de ese número de años, aunque sea de manera discontinua.
Otro aspecto que tenemos que concretar es si ese tiempo de permanencia deja o no de correr, si una persona accede a otros cargos electos, aunque esto es un debate general que no tiene, hoy por hoy, relación directa con las elecciones municipales.
Los Dineros: sueldos, dietas, donaciones, asignaciones a los grupos municipales, etc.
Parece claro que en los Ayuntamientos tendremos que partir de lo que llamamos el “compromiso Villarejo”, que se adoptó para los parlamentarios de la UE, aunque habrá que adaptarlo a las peculiaridades municipales.
En cuanto a los sueldos, en caso de ser concejales/as de gobierno o en los municipios en los que se asignan sueldos o medios sueldos a algunos concejales en la oposición, considero que el compromiso debe ser el mismo: máximo tres veces el Salario Mínimo Interprofesional o su parte proporcional a la jornada de dedicación. Aunque esta situación debería matizarse si las personas tienen otras cargas (hijos/as, mayores, discapacitados/as…).
Permitidme que exponga primero un caso real, para reflexionar sobre este importante tema de los dineros:
El caso de Los Molinos
En Los Molinos sólo el alcalde está “liberado”, es decir que es el único que cobra un sueldo (33.250 € brutos anuales) y tiene una dedicación completa a la alcaldía. Los concejales del equipo de gobierno (5) tienen asignadas unas dietas fijas de 427,5 € brutos al mes (en doce pagos), aunque también pueden presentar otros gastos que realicen por función de su cargo (desconozco si lo hacen y yo nunca lo hice), ser invitados a comidas, recibir algún regalo o cortesía (por ejemplo, entradas a los toros), etc. Lo mismo el alcalde.
En Cercedilla hay más concejales del gobierno con sueldo. De acuerdo a la información en la página del 15M al concejal de festejos, infraestructuras y servicios se le puso un sueldo de 39.000 € brutos anuales y al alcalde 48.000 € brutos anuales (66.616 € el alcalde de Villalba). En algunos pueblos los concejales del equipo de gobierno cobran sueldos o compensaciones diferentes, si son “concejales delegados” (los que tienen una concejalía a su cargo, en la terminología legal), tenientes de alcalde o “concejales sin cartera”.
En estos dos pueblos ningún concejal/a de la oposición tienen sueldos (en otros, como en Villalba, sí; por ejemplo, la portavoz de IU y otro concejal tienen asignados cada uno un sueldo de 34.250 €, de los que entregan a IU 250 € al mes, y la tercera concejala una retribución de 7,575,70 €, de los que entrega a IU 50 € al mes) , pero sí tienen o pueden tener dietas por asistencia a reuniones. En Los Molinos, estas dietas de los concejales de la oposición son 95 € brutos al mes y no tienen dietas por asistencia a reuniones o desplazamientos. En Cercedilla tienen establecidas unas dietas por asistencia efectiva a reuniones de los órganos colegiados de 110 €.
En Los Molinos, en el mandato 2007-2011 los dos concejales cobraron su asignación de 120 € brutos mensuales, sin entregarla al grupo, pero cuando accedimos al equipo de gobierno, en el mandato 2011-2015, no acepté cobrar, porque tenía y mantenía mi trabajo y mi sueldo como profesor, y tampoco acepté cobrar y entregarlo al grupo municipal (que ya tenía una asignación mensual del Ayuntamiento), sino que esa compensación quedó en las arcas municipales. Los otros dos concejales que asumieron por nuestro grupo después hicieron lo mismo, aunque en un caso a regañadientes, y no cobraron esa asignación, porque tenían su remuneración fija.
También en Los Molinos recibimos una asignación mensual de 247 € al mes, como grupo municipal, que hemos gastado en poner en marcha una reclamación judicial, apoyar otras, aportar fondos a represaliados/as, comprar dos ordenadores, hacer algunos panfletos (también algo más de 2.000€ nos fueron decomisados por un juzgado para pagar las deudas de IU), etc. Pero en nuestro caso nos sobra dinero y algunos consideramos que no es sano ni educativo estar subvencionados por el Estado contra el que luchamos, mientras que la autofinanciación y la cotización de los/as activistas y simpatizantes refuerza nuestra fuerza y autonomía.
Yo renuncié también a cualquier otro tipo de reintegro de gasto (por ejemplo, por viajes a Madrid a reuniones por mi cargo) y a ser invitado a comidas por el Ayuntamiento, con motivo de algún acto (fiesta de los mayores, etc.). Lo hice porque tenía un salario que me permitía pagarlas, porque otros activistas de los movimientos sociales hacen la misma labor de su bolsillo y porque he venido haciendo esto mismo desde que inicié mi militancia y consideré que nada cambiaba por ser concejal.
Todos estos aspectos tenemos que debatirlos al detalle y de manera abierta, calibrando las ventajas e inconvenientes de cada decisión en este terreno. No estoy planteando que nadie cobre, porque de ser así, sólo quien tenga recursos o posibilidades podría asumir una dedicación absoluta a un cargo político. Pero tampoco podemos concebir la política como un trabajo y menos aun como un trabajo fijo o indefinido.
¿Qué hacer con los sueldos, dietas, etc.?
Visto este ejemplo, para tener datos basados en la realidad y en una reflexión, tenemos que plantearnos la nueva situación, en la que tendremos decenas de concejales/as en la Sierra, decenas de situaciones diferentes y las obligaciones y posibilidades se multiplican.
Planteo algunas de las opciones que creo que podemos tomar o sobre las que tenemos que pensar y debatir:
1. Dejar como decisión personal que un concejal/a no quiera cobrar salario por tener ya uno, o una pensión, o por tener recursos económicos para mantenerse. En este caso se plantearía si el dinero de ese salario, o esas dietas, quedaría en el Ayuntamiento, tendría que ser donado a PODEMOS, la persona decidiría…
2. Que quien necesite cobrar el salario tenga como máximo el establecido en la Directiva Villarejo, tres veces el SMI, matizado por otras situaciones que habrá que definir al detalle.
3. ¿Qué se haría con la diferencia, donde la hubiera, entre el salario asignado en el Ayuntamiento y el establecido por PODEMOS? Lo que abre varias posibilidades o combinaciones entre posibilidades:
a. Entregar la diferencia a PODEMOS (al Círculo, a la Comarcal, a Madrid y a PODEMOS estatal) o a otros movimientos, de acuerdo a porcentajes fijados previamente o negociados según situaciones.
b. Dejar la diferencia en los Presupuestos Municipales no condicionando su destino o donarla al Ayuntamiento condicionando su destino (por ejemplo, para ayudas sociales).
c. Destinar la diferencia o parte de ella a algún proyecto concreto de carácter comarcal, autonómico o estatal (cajas de solidaridad con represaliados/as, contratación de abogados/as, PAH, Despensas Solidarias…).
4. Estas mismas opciones podrían aplicarse también a las dietas fijas o por asistencia a reuniones.
5. Otro apartado sería si ¿Cobraríamos, en su caso, dietas por desplazamientos, manutención, alojamiento…? ¿Aceptaríamos las invitaciones a comer dentro de actividades municipales u otros regalos? ¿Qué haríamos con los recursos que algunos Ayuntamientos otorgan a los grupos municipales? (Se nos volverían a plantear las mismas preguntas: aceptarlos o rechazarlos, destinarlos a las tareas del Círculo, entregar parte a PODEMOS u otros movimientos sociales, etc.) ¿Qué haríamos si nos asignan locales para el grupo municipal (como ocurre en Los Molinos), espacios en paneles municipales, espacios en publicaciones municipales, etc.? (Mi opinión es que debemos ofrecérselos y compartirlos con los movimientos sociales y activistas de nuestros pueblos).
Estos son algunos temas a debate de no poco importancia y que suelen traer no pocos problemas si no definimos cómo actuaremos al respecto. Además, parece claro que, llegado el caso de tener concejales/as, tendremos que hacer público el detalle de estas situaciones, dar cuentas de todos los salarios y dietas cobradas (en dinero y especies), publicarlo en nuestros medios (blogs, facebook…) o en la web del Ayuntamiento…
Otro aspecto que creo que deberíamos adoptar como acuerdo de transparencia, es que nuestros electos/as deberían hacer públicos su patrimonio y su renta (casa, ahorros, salarios, vehículos, acciones, propiedades…) al asumir el cargo y al abandonarlo. Esto se hace ahora obligatoriamente, pero en un sobre cerrado que queda en custodia del Secretario, por si fuera necesario hacerlo público, por lo que no es accesible ni publicable.
VI. ¿SI HAY CAMBIOS LEGISLATIVOS QUÉ? ¿DESPUÉS DE LAS ELECCIONES QUÉ? RESULTADOS ELECTORALES, ALIANZAS, APOYOS, RELACIONES CON LOS MOVIMIENTOS SOCIALES
Este documento, ya demasiado largo, está pensado obviamente, en el marco de la actual legislación. El gobierno del PP y los otros partidos de la casta están decididos a cambiar la legislación municipal y otras para parar la ola de organización y entusiasmo de la que PODEMOS somos el principal exponente, pero no el único (no se nos olvide). Si hay cambios en la elección de los alcaldes/as, que casi con toda seguridad los habrá, y, consecuentemente, en otros aspectos del funcionamiento de los Ayuntamientos para garantizar los gobiernos de la derecha y el bipartidismo, tendremos que repensar algunos aspectos, aunque la mayor parte del “espíritu” de lo que aquí se intenta transmitir no depende de las fórmulas legales. Si la alcaldía se otorga a la lista más votada en primera vuelta (con “plus” de concejales/as para garantizarles una mayoría cómoda) o en la segunda vuelta (lo que parece preferir el PSOE, aspirando a que luego le vote toda la izquierda…), algunos aspectos cambiarán.
También, si antes de las elecciones se llegan a candidaturas populares o vecinales (el término me gusta más para nuestros pueblos que el de ciudadanos/as…), también tendremos que repensar otros aspectos. Lo mismo pasará si se llegan a acuerdos limitados a algunos pueblos o a acuerdos de programa común o aspectos comunes en los programas en la Sierra. Este debate ya está en marcha en la Sierra en diferentes plataformas, pero no voy a tocarlo aquí, porque convertiría este documento en otro y robaría atención a los aspectos que desarrollo en él. Sólo llamar la atención, y estar muy atentos/as, sobre la propuesta que se ha lanzado desde la Universidad Socioambiental, de realizar reuniones de debate y/o talleres en la comarca para debatir sobre las elecciones municipales y para mejorar la formación de los/as activistas de la Sierra. Tenemos que pensar si todo lo tenemos que hacer en los Círculos o si es mejor hacer muchas cosas en los movimientos sociales de los que venimos, en los que estamos y debemos seguir estando.
¿Después de las elecciones qué?
Hay que empezar a pensar qué haremos inmediatamente después de las elecciones. Se trata de algo de menor importancia que los aspectos anteriores y que el Anexo (contenidos del Programa), por lo que me limito a enunciar una serie de posibilidades que habrá que ir pensando cómo abordar.
En cualquier caso supongamos que ya han sido las elecciones y que hemos obtenido un número sustantivo de concejales/as que nos pueden permitir:
1. Gobernar en solitario (con mayoría absoluta o como primera minoría).
2. Gobernar en coalición con otros grupos cercanos a nuestros planteamientos que se hayan presentado por separado (IU, Equo, alguna candidatura vecinal…), siendo nosotros/as la mayoría minoritaria.
3. Gobernar en coalición con otros grupos cercanos a nuestros planteamientos que se hayan presentado por separado (IU, Equo, alguna candidatura vecinal…), siendo nosotros/as minoría en esa coalición.
4. Gobernar en coalición con otros grupos cercanos a nuestros planteamientos que se hayan presentado por separado y con el PSOE .
5. Mantenernos en la oposición pero apoyar la elección de un alcalde, para evitar que la alcaldía recaiga en el PP o, en algún caso, en el PSOE.
6. Mantenernos en la oposición, no dar nuestro voto a un alcalde de ningún otro grupo, aunque la alcaldía pudiera recaer en el PP u otro grupo de derechas, y mantener una actuación independiente defendiendo nuestras posiciones caso a caso y sin tener en cuenta la “gobernabilidad”.
7. Mantenernos en la oposición, pero apoyar a un equipo de gobierno en el que no estemos, en los aspectos que creamos convenientes, favoreciendo la “gobernabilidad”.
Sobre estos escenarios, o sobre otros mixtos, deberemos ir construyendo un cuadro sobre las ventajas e inconvenientes de cada situación o, si se quiere, un DAFO (análisis de Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades) de cada hipótesis.
También hay que tener en cuenta, que entre las elecciones y la toma de posesión de los electos suele transcurrir un mes, por lo que hay ese tiempo para los acuerdos pos electorales. La experiencia de Los Molinos nos dice que esos acuerdos, si se dan, tienen que ser detallados y por escrito.
Relaciones de nuestros concejales/as con los movimientos sociales
Este es un aspecto fundamental de nuestra práctica sobre el que tenemos que definirnos y planteárselo a los movimientos, aunque no lo voy a desarrollar para no hacer más largo este primer documento. Me parece claro que nuestros concejales/as no deben ser sólo, ni fundamentalmente, concejales/as de PODEMOS, sino que tienen que ponerse a disposición de los movimientos sociales, ser instrumentos de su lucha. Si recurrimos a un término clásico, dándole la vuelta, tienen que ser “correas de transmisión” de lo que nos dicten los movimientos.
VII. LO QUE DEBEMOS IR APRENDIENDO SOBRE LA PRÁCTICA MUNICIPAL
Hay otros numerosos aspectos de la vida municipal que debemos empezar a conocer y pensar. Por ejemplo la legislación, las competencias, los cargos, la función de la alcaldía y de las delegaciones (concejalías), el funcionamiento de los Plenos, las Comisiones, las Juntas de Gobierno, el papel de los principales funcionarios (Secretario, Interventor, Técnico Municipal, etc.), los expedientes, los planes urbanísticos, las Ordenanzas, etc., etc. Esto es menos urgente y tendría que ser objeto de otros documentos y de formación tipo talleres antes y después de las elecciones, aunque, de nuevo, sin agobiarse. Quien tenga mucha inquietud por conocer estos aspectos puede recurrir a la información que se encuentra en internet o en varios manuales que se han editado.
En algunos de estos aspectos más técnicos puede que no merezca la pena organizar toda la formación pueblo a pueblo, y que sea más razonable y más enriquecedor hacerla a nivel comarcal o juntándonos varios pueblos afines. Debemos definir cómo y dónde debatir lo que aquí estamos enumerando (y lo que consideremos necesario). Está claro que algunos aspectos deben ser concretados por los Círculos, pero en otros casos podemos estar duplicando debates que se están dando ya en otras plataformas más amplias. Por ejemplo, asambleas del 15M están llamando a debatir sobre programa (Alpedrete), hay pueblos en los que llevan meses teniendo reuniones con grupos, movimientos y partidos, para definir programas, posibilidades de convergencia (Los Escoriales), desde la Universidad Socioambiental de la Sierra de Guadarrama, como ya he mencionado, se va a lanzar la propuesta de unos talleres comarcales, IU está llamando en algunos pueblos a debatir con ellos, etc.
Otra idea que hemos venido desarrollando, relacionada con la formación, es la posibilidad de crear un equipo técnico en la Sierra, para dar un apoyo directo a nuestros concejales/as cuando se presenten dudas o problemas. Hemos contactado al efecto a una persona que es Secretaria de un Ayuntamiento, que nos apoyaría, y contaríamos también con varias personas de nuestro movimiento que hemos sido concejales/as y, posiblemente, con el apoyo permanente o circunstancial de uno o dos abogados/as, además de poder recurrir en terrenos concretos al apoyo que nos pueden brindar los movimientos sociales en temas concretos (Ecologistas en Acción, Camineros, PAH, Observatorio para la Conservación del Patrimonio, sindicalismo anti burocrático, etc.). Considero que un equipo de estas características es fundamental para desarrollar nuestra presencia en los Ayuntamientos, sobre todo los primeros años, a la vez que daría garantías a las personas que den el paso adelante y que acepten la responsabilidad de asumir una concejalía, de que contarán con el apoyo técnico imprescindible.
VIII. Y TODO LO QUE NOS QUEDA POR HACER
Además de estos aspectos y de los que se enuncian pero están sin desarrollar, también tendremos que ir definiendo aspectos de la campaña electoral municipal, que, por lógica, no pueden ser una simple copia de la magnífica campaña que se hizo para el Parlamento de la UE.
Nos tocará también hablar de lemas (eslóganes), diseños de imagen, carteles, campaña, fotos de los candidatos/as o no, uso de las redes, presencia en la calle, fórmulas de debate y propaganda, organización en la Sierra, etc.
IX. ANEXO. Algunas ideas de contenido para el Programa Municipal
En los programas municipales suelen recogerse aspectos que atañen a la actividad del Ayuntamiento, a sus competencias tradicionales y también a otros aspectos que sin ser competencia municipal, son preocupaciones o reivindicaciones del vecindario o de los movimientos sociales. Por esto, la enumeración que se hace a continuación, no debe entenderse como exhaustiva ni como un corsé. Del “trabajo de campo”, del contacto con nuestros vecinos/as, del debate con los movimientos sociales, organizaciones y grupos políticos, pueden salir otros aspectos e incluso algunos que nunca hayan estado en los programas municipales tradicionales.
Esta lista de aspectos del trabajo y del programa municipal, no quiere decir que debamos llevarla en su totalidad al Programa o forzarnos a definirnos en todos ellos. Por ejemplo, si nunca hemos trabajado el tema de ganadería, podríamos hacer el ridículo si nos pronunciamos al respecto sin haberlo analizado, hablado con los ganaderos, debatido con expertos/as, etc. No somos la respuesta a todo. No somos todo y no debemos aparentar que tenemos posición ante todo, si realmente no la tenemos asentada.
Otro elemento a tener en cuenta, es que muchas veces cuando se hace un programa tendemos a ponernos estupendos/as. Cogemos el “lápiz” y empezamos a diseñar nuestro pueblo y su futuro y nos dejamos llevar por deseos (algunos ejemplos reales: haremos un teatro, haremos centros culturales para cada zona, haremos piscinas cubiertas, pondremos un tranvía uniendo la estación con el pueblo, subvencionaremos tales y cuales actividades, bajaremos impuestos y tasas, haremos viviendas para jóvenes, aumentaremos los servicios, etc.).
En cada uno de nuestros pueblos tendremos que ver si esta lista de elementos a tener en cuenta en el Programa, es pertinente, así como qué hay que añadir, qué hay que quitar y qué hay que desarrollar en cada punto.
1. Transparencia (acceso a la información municipal por el vecindario, difusión de las actividades municipales, cumplimiento de los trámites legales de exposición al público, alegaciones, atención al vecino/a, compromiso de respuesta a las peticiones, rapidez en la entrega de información, acceso a los expedientes, exposición del presupuesto, información sobre los sueldos, dietas, etc., tanto de los concejales/as como de los empleados municipales, compromisos de transparencia y rendición de cuentas de nuestros concejales/as, etc.).
2. Participación vecinal y democracia directa. Algunos creemos que debe ser nuestra principal apuesta, por encima de todas las demás: hacer todo con los vecinos/as, definir todo de manera abierta y participativa, colaborar desde las concejalías a la auto organización de los vecinos/as, consultar, debatir y decidir, los aspectos pertinentes, con las asociaciones existentes, etc. Apoyar la creación de una red de organizaciones vecinales. Facilidades a la utilización de locales públicos. Cesión de locales. Definición de aspectos del gasto municipal por medios consultivos y participativos (los llamados Presupuestos Participativos y más).
3. Plan Estratégico Municipal. Consiste en generar un espacio de debate y de intercambio de perspectivas, que permita ir definiendo a medio plazo y por consenso social, las grandes líneas de futuro del pueblo; es decir, cuál es el futuro que queremos construir para nuestro pueblo a corto y medio plazo.
4. Urbanismo. El urbanismo implica muchos elementos de la vida vecinal: la lucha contra la especulación, la reclasificación cero (ni un metro cuadrado más, de espacios rurales, para el ladrillo), las viviendas vacías y abandonadas y su rehabilitación, el parque de viviendas municipales y su uso (si existe), los solares urbanos vacíos, las viviendas ilegales o fuera de ordenación, los inmuebles en suelo público (en vías pecuarias, en zonas rurales, en espacios públicos), los parques y jardines, el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos (obligatorio haberlo formado ya el 20 de junio de 2014 y fundamental para la conservación y creación de un modo de vida de mayor calidad), el Catálogo de Arbolado Urbano (obligatorio tenerlo desde hace años), los planes urbanísticos pendientes de ejecución, la posibilidad de hacer Modificaciones Puntuales al urbanismo vigente para solucionar problemas, la configuración urbanística de la vida ciudadana (crear espacios de encuentro, aparcamientos disuasorios, peatonalizaciones, limitaciones de velocidad, etc.). Plan de accesibilidad de personas con discapacidades.
5. Medio ambiente y Parque Nacional. Protección, recuperación y mejora de nuestro medio natural. Cuidado y, en su caso, uso y limpieza de las plantaciones arbóreas (pinares no naturales). Medidas para impedir el deterioro del medio y de los caminos por vehículos, ciclismo, equitación, incendios, malas prácticas de los paseantes o excursionistas, excesivo uso, etc. Limitaciones de uso de los espacios y caminos más amenazados. Recuperación de espacios. Retirada de vertidos y vigilancia para que no se produzcan. Actitud combativa y reivindicativa frente al falso Parque Nacional del Guadarrama y su uso como señuelo turístico (ampliación del mismo hacia el pie de monte y las cumbres al noreste y sureste, exigencia de que se produzcan subvenciones de la Comunidad de Madrid para los pueblos enclavados o cercanos, limitación de espectáculos, carreras multitudinarias, carreras nocturnas, rallyes, parques de aventura, etc.). Recuperación de los caminos cerrados y vías pecuarias (elaboración del inventario municipal de caminos, recuperación de caminos entre los pueblos, etc.). Eliminación de motocross o ciclocross. Disminución de la contaminación lumínica y acústica. Actitud ante la caza (revisión de los Planes Cinegéticos, barajando la posibilidad de prohibir la caza en nuestros pueblos o de restringirla) y ante los cotos de caza municipales (prioridad al paseo, normativa de seguridad, eliminar su subasta, etc.). Campañas de difusión en las escuelas e institutos sobre el medio natural. Elaboración de estudios de fauna y flora.
6. Aguas. Actitud ante la gestión del Canal de Isabel II y su privatización. Cuidado y recuperación de los cursos de agua y de la vegetación de ribera (LIC de la Cuenca del Río Guadarrama). Racionalización del uso de agua (por los servicios municipales, en el riego de parques y jardines, en las viviendas…). Eficacia del transporte y almacenamiento de agua (fugas, contaminaciones, etc.). Separación progresiva de la red de alcantarillado de la red de pluviales. Depuración del agua. Eliminación de pozos negros contaminantes.
7. Obras. Actividades de reparación de viales, aceras, etc., estableciendo prioridades con participación vecinal. Contratación de parados/as para la realización de campañas ordinarias (desbrozado, limpieza, nevadas, etc.). Definición de las principales obras a realizar, también con participación vecinal.
8. Empleo/desempleo. Creación de bolsas de empleo locales para las contrataciones municipales. Aprovechamiento y búsqueda de fuentes de ingreso que permitan generar empleo (limpieza y vigilancia de los montes, embellecimiento del pueblo, subvenciones de la Comunidad de Madrid, etc.).
9. Trabajo social. Prioridad de considerar la alimentación como un derecho básico que deben garantizar las administraciones. Nadie en nuestros pueblos debe pasar hambre o estar subalimentado. Establecimiento de sistemas dignos de cubrir las necesidades alimenticias (subvenciones, vales de alimentos, comedores escolares, comedores comunales, repartos de alimentos…). Atención a las personas en riesgo de exclusión. Apoyo a la tramitación de ayudas sociales. Rebajas o exoneración de tasas de uso de instalaciones municipales a las personas paradas o con renta mínima y a sus hijos/as. Atención a las personas que vivan solas, las discapacitadas, etc.
10. Mujer. Prioridad o garantía de igualdad en los empleos municipales. Apoyo a su auto organización. Atención desde el municipio a los cuidados, considerando estos como una tarea a asumir por la sociedad. Apoyo a la maternidad deseada, así como a la anticoncepción.
11. Organización del Ayuntamiento. Revisión de las formas de funcionamiento, los horarios de atención al público, la dispersión de instalaciones municipales, los convenios colectivos y las desigualdades salariales, la política de incompatibilidades de los funcionarios/as, la informatización de los servicios, la atención al vecindario, la informatización de los archivos, etc. Personal y funcionamiento del Ayuntamiento. Apertura de espacios públicos de diálogo con los trabajadores/as del Ayuntamiento y los usuarios/as. Defensa y promoción de su trabajo y de su vocación de servicio al ciudadano. Revisión de situaciones de desigualdad en el Ayuntamiento. Denuncia y sanción al acoso laboral, sexual, racismo, etc. Organización de los horarios intentando compaginar el servicio a los vecinos/as, con los derechos laborales y la conciliación con la vida personal de los trabajadores/as municipales. Participación de los trabajadores/as en el diseño de políticas municipales. Ruptura de funcionamientos burocráticos y autoritarios dentro del Ayuntamiento. Impulsar el funcionamiento colectivo y participativo en las direcciones y departamentos municipales. Racionalización y agilización de las gestiones municipales. Minimización del uso de papel.
12. Seguridad/Policía. Definición participativa de las prioridades de seguridad y trabajo de la policía local. La policía local como un servicio público y cercano. La vigilancia del tráfico, los colegios, las construcciones ilegales o irregulares, los montes, los vertidos, los daños, los robos, la violencia de género, los locales ruidosos y aquellos que son tapadera para el tráfico de drogas ilegales, el trabajo hacia el consumo excesivo de alcohol y otras drogadicciones, su papel en las fiestas locales, etc.
13. Sector agropecuario. Estudiar su situación y realizar un diagnóstico de los principales problemas y las posibles soluciones. Apoyo a la ganadería extensiva. Creación de Huertos Comunales, de producción y cuidado tradicionales y sostenibles, para el recreo y la actividad sana de los vecinos/as, el autoabastecimiento de productos sanos, la generación de espacios de convivencia y educación, la recuperación de la cultura de la tierra y el agua, etc.
14. Servicios Municipales obligatorios. Agua, alumbrado público, limpieza de calles, pavimentación (buscando alternativas al asfaltado), aceras…
15. Servicios Municipales “voluntarios”. Fórmulas para evitar la privatización o el cierre de los ya existentes (polideportivo, casas de mayores, casas de cultura, casas o puntos jóvenes, bibliotecas, museos, centros de interpretación, etc.). Análisis de las posibilidades de crear nuevos servicios municipales, dando prioridad a la autogestión vecinal (uso de locales municipales vacíos, promover la cesión de locales privados vacíos, etc.).
16. Vivienda. Análisis de la situación de la vivienda en el pueblo, realizando un censo de viviendas vacías todo el año, viviendas abandonadas, deterioradas, etc. Campañas de rehabilitación con apoyo y presión municipal (existe un deber de conservación de la vivienda privada, por ley, que los Ayuntamientos no suelen vigilar, con el correspondiente perjuicio para las viviendas cercanas, el ornato público, la pérdida de un recurso tan valioso como la vivienda, etc.). Puesta en marcha del alquiler por rehabilitación (información y mediación municipal, apoyo a la adquisición de materiales para la rehabilitación, favorecer la constitución de cooperativas de rehabilitación, bancos de horas, etc. Incremento del IBI a los solares urbanos y a las viviendas vacías (esto último es complejo).
17. Juventud. Favorecer la auto organización de los/as jóvenes y la puesta en marcha de Centros Sociales Autogestionados y el apoyo a los ya constituidos.
18. Mayores. Incorporación de los mayores activos/as a todas las tareas de debate y participación, así como a las educativas, como docentes y receptores. Su experiencia nos interesa, porque el futuro está más cerca del pasado que de este presente falsificado. Atención a las personas mayores solas. Centros de mayores.
19. Inmigración. Apoyo a la auto organización de los/as inmigrantes. Apoyo a sus actividades, la difusión de sus culturas, las clases en sus idiomas y el aprendizaje del castellano, el intercambio cultural, los programas de formación, etc.
20. Infancia. Atención a los cuidados de los niños y niñas, desde los servicios públicos, escuelas infantiles, trabajo social, colegios públicos, etc. Comedores infantiles.
21. Discapacidad. Diseño de planes de movilidad en los pueblos, para personas con movilidad reducida o discapacidad. Ampliación y rebaje de aceras. Acceso a edificios públicos y a la información pública.
22. Festejos. Definición de los festejos con amplia participación de todos los sectores. Reducción de gastos municipales en festejos y recuperación de tradiciones en las que las personas eran las protagonistas, y no las espectadoras, de las fiestas. Eliminación inmediata de las subvenciones a los festejos taurinos y sometimiento a referéndum la eliminación o no de estos festejos.
23. Turismo. Promoción del turismo cultural y deportivo, alejado de la dinámica masiva, consumista y competitiva. Diseño de planes turísticos dirigidos a varios aspectos (gastronomía, caminos y caminatas, historia del pueblo, lugares singulares, patrimonio histórico, viviendas singulares, recorridos temáticos, etc.).
24. Comercio local/supermercados/grandes superficies. Apoyo al comercio local de proximidad. Limitación o prohibición de los grandes supermercados y prohibición de las grandes superficies.
25. Talleres/industria. Realizar un diagnóstico, participativo, de la situación de los talleres e industrias del pueblo. Elaboración de planes de futuro, aspectos que se deben promover, aspectos que se deben limitar, necesidad o no de pequeños espacios industriales, reubicación de actividades molestas o peligrosas, etc.
26. Empresas/sindical. Análisis de las empresas ubicadas en el Municipio. Apoyo a la organización sindical de trabajadores/as en esas empresas (y en todas las demás también). Posibilidad de apoyo legal desde el Ayuntamiento a los trabajadores/as. Vigilancia del cumplimiento de las normas laborales en las empresas. Código de exigencias de cumplimiento estricto de la normativa laboral para ser suministradores o contratistas del Ayuntamiento.
27. Transporte y movilidad. Elaborar un diagnóstico de la situación y las necesidades de transporte público en el pueblo y entre los pueblos. Reivindicación del transporte público como el único posible en el futuro cercano. Limitación al vehículo privado, tendiendo a sacarlo del centro del pueblo. Estudio de la peatonalización progresiva de las calles y/o de la limitación de la velocidad de los vehículos a 20 Km/h en todas las calles y caminos del pueblo. Estudio de factibilidad de los carriles bici. Limitación de velocidad también a las bicicletas y otros vehículos sin motor. Prioridad al peatón (aceras, calles, caminos…) favoreciendo y facilitando los desplazamientos caminando.
28. Cultura. Favorecer los espacios auto gestionados de cultura. Dinamización cultural con participación vecinal.
29. Deporte. Promoción del deporte sano. Favorecer la auto gestión de los clubs deportivos. Limitación de las prácticas deportivo-publicitarias, del deporte que deteriora el medio, del deporte hipercompetitivo, etc.
30. Educación. Apoyo decidido a la enseñanza pública. Negativa a la cesión de terrenos públicos a las entidades privadas. Apoyo al uso social de las instalaciones educativas en el horario no escolar. Integración del colectivo educativo en las actividades del pueblo.
31. Salud. Apoyo decidido a la salud pública, contra las privatizaciones. Integración del colectivo de profesionales de la salud en las actividades del pueblo.
32. Presupuesto/Deuda/Planes de Ajuste. Someter los Presupuestos a una auditoria pública, tanto en el terreno legal, como de oportunidad de los gastos realizados. Toda la población tiene que tener la posibilidad de conocer en qué se gasta los recursos y de dónde vienen los recursos. Auditoría de la deuda municipal y su origen. Denuncia política y judicial, en su caso, del despilfarro y la corrupción. Negativa al sometimiento a los Planes de Ajuste del Gobierno y reivindicación ciudadana para que los municipios tengan recursos para desarrollar su importante labor.
33. Ingresos (Tasas, impuestos, contribuciones especiales, transferencias, subvenciones, etc.). Analizar y debatir públicamente los ingresos municipales, buscando las fórmulas para intentar hacerlos lo más progresivos posibles (a pesar de las limitaciones legales), rebajándolos a las personas con menores recursos y aumentándolos a las personas con mayores recursos. Revisión del IBI, basado en valores catastrales ilegales y ligados al boom del ladrillo. Revisión de la tasa de basuras, ligándola a los valores catastrales.
34. Defensa de la democracia local y de la descentralización. Defensa de la democracia local, cercana, frente al golpe de Estado legal impulsado por los grandes partidos. Incremento de los espacios de auto gestión vecinal.
35. Municipio abierto, solidario y combativo. Impulso de la integración del Ayuntamiento y los vecinos/as en las luchas sociales de la comarca, de la Comunidad de Madrid, del Estado e internacionales. No somos, no queremos ser y no podemos ser islas (de nuevo, el ejemplo de Marinaleda).

JPR

Joaquin Puch Rubio Sun 20 Jul 2014 11:31AM

A mi me parece que podemos empezar por el debate del
IX.ANEXO. Algunas ideas de contenido para el Programa Municipal

MRZ

Mercedes Rodriguez Zarza Sun 20 Jul 2014 7:57PM

Si, yo también creo que el contenido para el Programa Municipal es por el que podemos empezar,sobre todo recabando información para situarnos.